Hostelería
La quimera de planificar las comidas semanales
Diferentes comidas a distintos horarios. El actual ritmo de vida ha convertido el «ritual» de sentarse a la mesa en familia o en compañía en algo reservado para los domingos. Ahora, la mesa se pone varias veces al día, y no hay nadie que «controle» lo que se come o se deja de comer. De hecho, en pleno siglo XXI, lo que antes era habitual de lunes a viernes –como por ejemplo comerse un plato de cocido– se ha convertido en algo insólito y esperado reservado tan sólo para los domingos. Ahora, aunque a los padres les preocupa bastante la alimentación de sus hijos, se han tenido que rendir ante la indomable seducción de la comida rápida y los productos precocinados. El estudio de la Fundación Sanitas también revela que los niños se van haciendo fuertes según van creciendo en cuanto a la elección de lo que comen. El caso es que, cuando se cierran en banda ante un plato de comida, las reacciones de los padres son diversas. El 38 por ciento esgrime el habitual: «No te levantarás hasta que lo termines todo». El 15 por ciento se rinde y prepara un plato que sea más del agrado de los pequeños y un 20 se las ingenia con todo tipo de trucos para que la comida no se haga una bola en la boca.
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