La venganza de «Luisle»

Luis León Sánchez, «Luisle» para el pelotón, se hacía el tonto en los últimos kilómetros. Atacó Efimkin y se quedó mirando, exigiendo a sus otros dos compañeros de fuga, Astarloza y Casar, que se fueran a por él. Había que perseguirlo porque había hecho todo el camino a rueda, sin dar un relevo. El ruso, corredor del Ag2r, como el líder, Nocentini, sólo obedecía órdenes. Pero no podían dejarle ganar. Y se fueron a por él. El esfuerzo de Astarloza, generoso e inútil para él, llevó a sus dos compañeros de escapada hasta la rueda de Efimkin. Y otra vez Luis León Sánchez, que decía que no con la cabeza. Como si las piernas no le dieran para más. «Id vosotros, que yo no puedo», parecía decir. Pero podía. Y cuando el ruso ya era uno más en el grupo de cuatro, arrancó. Sólo Casar pudo aguantarle, pero el murciano llegó sobrado. Levantó los brazos y preparó su discurso. «Me acuerdo de la gente que se ha quedado en casa por los motivos que todos sabéis», dijo. La victoria del murciano era la compensación del Caisse d¿Epargne para un Tour que había nacido torcido. A Valverde, el que no ha podido estar, no le dejaron correr porque no puede competir en Italia. Cosas de la globalización.Y ayer el equipo se quedó sin Pereiro, al que las fuerzas no le daban para más. Se acordó también de su hermano León, al que siempre le dedica todos los triunfos. «Montaba conmigo en la bici, hicimos los primeros años juntos, luego él renunció a pasar a profesionales y después murió en un accidente de moto», explicó. El triunfo de Luis León Sánchez era la venganza por muchas cosas, pero también una demostración de confianza. «Hace un año que gané en el Tour y cambió mi forma de pensar, de confiar en mí. Cuando confías en ti mismo es todo más fácil, pero ganar una etapa aquí es muy difícil», comentó. A Luis León, el primer español que gana una etapa en este Tour, sólo le faltó el amarillo. No lo buscaba, pero el Astana quería que se lo quedara. «Tener el maillot amarillo es una cosa que ahora no le interesa al equipo. Nos hubiera interesado que lo cogiera Luis León Sánchez», dijo Contador después. El madrileño tuvo su oportunidad de vestirse de amarillo. En el col de Port, de segunda categoría, Astana rompió la carrera. Nocentini, el líder, se quedó descolgado a más de 30 segundos. Pero Contador no quería el jersey de líder. Prefiere tener un equipo que le ayude a controlar la carrera. Aunque el Astana da la impresión de no necesitar a nadie. Ayer, otra vez, el ritmo de Paulinho, Popovych y Zubeldia mantuvo al pelotón controlado. Sólo Andy Schleck se atrevió a atacar. «Quería probar, pero ha visto que quedaba mucha etapa y que por delante se había quedado su compañero Cancellara», comentó Contador. Los demás, se guardan para los Alpes.