Estreno

Los debutantes plantan cara a la crisis

Con la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde en boca de todos y presente en la inauguración, David Planell abrió ayer la competición del certamen con «La vergüenza», opera prima con conflicto moral de fondo.

Alberto San Juan y Natalia Mateo, ayer en el Festival de Málaga
Alberto San Juan y Natalia Mateo, ayer en el Festival de Málagalarazon

Crisis y nuevos talentos, esas fueron las ideas que sobrevolaron la gala de inauguración. En un año de malas cifras, el festival apuesta por la renovación. La nueva ministra de Cultura, claro, tenía que estar aquí. A las 20:15, pisó el «photocall», vestida de blanco y negro, e incluso charló y se sentó con Antonio Banderas, un ilustre invitado. La ex presidenta de la Academia se convirtió en una de las protagonistas de la ceremonia en una edición marcada por los realizadores noveles (ocho de los catorce filmes que conforman la sección oficial) y la presencia en dichas producciones de actores y actrices procedentes de la TV. Los nuevos «stars» mediáticos provocan tanto revuelo entre las niñas que éstas abarrotaban por la tarde las inmediaciones del Teatro Cervantes y esperaron horas para recibir a sus ídolos –como Mario Casas, Santi Millán e incluso Gonzalo de Castro, de «Doctor Mateo»– entre gritos, piropos y algún desmayo. Las noticias de cine también levantan pasiones: ayer se supo que la vida del cantaor Antonio Molina será llevada al cine por su hijo Miguel. La película se llamará «Yo, Molina» (memorias de una voz). Mientras, otro debutante en el largo, el guionista David Planell (entre otros, ha escrito «Siete mesas de billar francés» y «Héctor») abría el certamen con «La vergüenza», un filme protagonizado por Alberto San Juan y Natalia Mateo que arranca de una idea interesante: ¿qué sucede cuando un matrimonio decide «devolver» al niño que adoptó porque la convivencia se ha vuelto insoportable? -¿De dónde surge una historia tan atípica?-Yo buscaba un titular, un punto de partida, y lo encontré: unos padres progres quieren devolver a su hijo. Me saltó de pronto a la cara, me pareció interesante, y dos personas que podían ser yo. Tienes una postura ideológica determinada, y, de pronto, la vida te pone a prueba.-¿Y desde que llega a ese descubrimiento, cómo larva la película?-Hay una parte que me apetecía mucho hacer, y que atañe a la trabajadora social que debe investigar o examinar a los padres. Pensé que ese tema me daba casi para una comedia. Sabes que tienes una situación, pero faltaba algo, y entonces incluí la historia del matrimonio que duda si devolver al menor.-En el fondo, «La vergüenza» trata sobre todo de la crisis que atraviesa una pareja, bastante honda.-Sí, explora ese mundo, hay muchas que se plantean tener descendencia, natural o no, para distraerse del problema principal y no pensar en cosas esenciales descuidadas. Desvían la atención.-Otro asunto presente en la cinta es el de la inmigración.-En efecto, sobre todo, el enfrentamiento del primer y el tercer mundo. Intenté, no obstante, evitar el cliché. Traté de que contrastasen el piso donde viven los protagonistas, más frío, de diseño, frente al de los hispanoamericanos, más primario y elemental en apariencia.-¿Al final, cómo cambia la existencia de estos seres el transcurso del día en el que transcurre el filme? -Creo que todos ellos cambian para bien, porque al menos se desbloquean, antes estaban en un charco,en una situación dolorosa.-Da la impresión de que se volcó en la construcción del papel encarnado por Alberto San Juan, un padre que no ha crecido lo suficiente...-Representa a mi alter ego, yo soy también neurótico, paranoico, urbano, universitario.. Tiene aspectos míos aunque me llevé al extremo. Tenía claro lo difícil que resulta crecer, tienes 40 años, no 20, debes madurar, coger el toro por los cuernos. No me parece fácil.-A usted, un hombre del cine, le habrá alegrado que González-Sinde sea ministra de Cultura, ¿no?-Me parece muy bien. Pienso que no lo tiene fácil, estamos en un momento delicado no sólo por la ley, el eterno problema; la gran dificultad es internet, la piratería, no puedes abandonarte a ese movimiento de descargas; de qué manera se gestiona eso, lo ignoro. Forma parte de la industria, posee buena voluntad y está abierta al diálogo. Ángeles viene con ganas, tiene mucho trabajo por delante.

El curioso caso de la WikipediaUn bloguero ha descubierto que el perfil de la nueva ministra de Cultura, González-Sinde, que aparece colgado en la web de Moncloa, está copiado practicamente de Wikipedia, informa Ep. Para el autor de «Bilbao-Limerick», «no deja de ser irónico que el perfil de la "Ministra del Copyright"esté copiado de la Wikipedia, infringiendo además su licencia de publicación al no citar a sus autores... ¿Se denunciará a sí misma la ministra?».