Policía

Lydia Bosch pide 20000 euros al mes para separarse

Su marido continúa en el domicilio conyugal que ella abandonó

Lydia Bosch pide 20.000 euros al mes para separarse
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¿Por qué calló Lydia Bosch y denuncia ahora, cinco años después? Es la pregunta del millón. Aumentan los claroscuros tras los seis comunicados cruzados de los últimos días. Denuncian o desmienten. No hay forma de tomar partido y hasta vecinos próximos a la pareja –¡qué sabrán ellos!– redactaron lo suyo. Ahí apoyan incondicionalmente a quien parece acusado, Antonio Martín Caballero, el arquitecto que hasta ahora fingía ser feliz y satisfecha pareja de la actriz que tiene su círculo amistoso en Paloma Cuevas, Carolina Adriana Herrera, Genoveva Casanova y la esposa de Ramón García. Forman panda conocida como el grupo de las «¡qué pereza!» porque es lo que sueltan cuando algo les incomoda. Ocho años juntosAhora se hacen cruces de lo que está cayendo por inesperado y sorprendente. Resulta extraño que la comedianta haya provocado tal alarma cuando el 17 de abril pasado presentó demanda de separación tras una unión de ocho años. ¿Por qué ahora y no hace cinco años, por qué? Escama, confunde y provoca recelos o sensación de oportunismo. Son los presuntos hechos escandalosos que algunos llaman violencia doméstica o hasta exageran con lo del abuso sexual «durante todo un mes» tras la declaración hecha por la supuesta víctima, hija de su relación con Micky Molina. La niña aseguró ante la jueza que «fueron besos en la boca cuando me llevaba al colegio». Pero nada se ha probado y Alberto fue puesto en libertad aunque el comunicado de su vecindario apuntan, sospechan o imaginan que podría ser maniobra descalificadora «fraguada entre madre e hija».Muchos aprovechan ahora para contar sus relaciones pasadas –todas rematadas de forma tormentosa– con Tony Cantó, Iñaki Miramón o Micky Molina cuando Lydia aún no estaba cegada por subir socialmente.Fue Lydia la que abandonó el domicilio conyugal donde él, presunto o víctima, permanece. Afirman gentes cercanas a Lydia que ella incluso ya había llamado para que cambiasen las cerraduras. No hubo tiempo. Todos hablan de presiones o casi chantaje para lograr mayores beneficios económicos como la reclamada pensión mensual de 20.000 euros dadas las posibilidades económicas del acusado, arquitecto de moda económicamente muy desahogado.