Barcelona
Marcelo mantiene la emoción
Juande no titubeó, no debería dudar nunca, aunque el Madrid juegue antes que el Barça. Y no era el caso. Los azulgrana ganaron en Getafe jugando bajo la lluvia. Conocía el resultado cuando su equipo pisó el Colombino. Su misión, la única, es sumar 3 puntos en cada uno de los partidos que restan para terminar la Liga. Su obligación, si pretende tocar el título, es ganar siempre, y al Recreativo le derrotó, uno a cero, gol de Marcelo, pero porque Riesgo, el meta local, fue el mejor.El Madrid contaba sus dos últimas visitas a Huelva por victorias, 2-3 en ambos casos. La consecución de esos triunfos tuvo mucho que ver con las dos Ligas conquistadas. Y el Madrid persigue ésta, acecha al Barça, consciente de que el menor descuido es letal. De ahí que Juande utilice todas sus armas ahora. Ya no reserva. Arriba, Huntelaar y, cerca de él, Robben, Higuaín y Raúl, con Ramos y Marcelo, casi más ofensivos que defensivos, en las bandas, más el equilibrio, el orden, que tratan de imponer Gago y Lass. En el centro de la zaga, Pepe y Cannavaro; tras ellos, Casillas, el indiscutible. Lo extraordinario del fútbol es que el entrenador propone y el partido dispone. Así se llegó al descanso con empate a cero.El Recreativo sobrevivió inicialmente a Robben, el único rival que le superó. Empezó el recital con una carrera de 60 metros, desde su campo, que culminó con un potente disparo que Riesgo rechazó. Nueve minutos después, en el 18, idénticos protagonistas e igual resultado: chut y despeje.La alegría de Robben contrastaba con la condena de Higuaín, alineado en la banda izquierda, con Marcelo por detrás, porque Heinze estaba ligeramente lesionado. «El Pipita» en esa zona trabaja mucho, como de costumbre, pero resulta inofensivo. Lo acusó el Madrid, también la orfandad de Huntelaar, extraviado, y el despertar recreativista, impulsado por Sisi, el Robben local.Cuando el Recreativo descubrió que llegar hasta Casillas no era difícil, se lanzó al ataque y comprobó las cualidades del guardameta, que evitó el 1-0 al despejar con la punta de los dedos un tiro envenenado de Sisi. Vio Iker el peligro de cerca, temió lo peor y miró para otro lado cuando Pepe sacó el brazo a pasear dentro del área y rompió el labio a Colunga... No lo vio el árbitro.Sin cambios se reanudó el encuentro y, con la ambición de quien ha recuperado la fe, Marcelo aprovechó un excelente pase en profundidad de Gago, cruzó el campo, dejó atrás a Bouzón y batió a Riesgo en la salida. El Colombino es el talismán del Madrid y de sus brasileños, de Roberto Carlos, gol triunfal en la temporada 2006-2007; de Robinho, bigoleador en la siguiente, y de Marcelo, en ésta.Con el gol de ventaja, Juande empezó a pensar en conservarlo y cuando Alcaraz recurrió a Ersen Martin y Akalé, él apeó a Huntelaar del proyecto y promocionó a Sneijder. Un holandés por otro, un centrocampista por el delantero centro. Otra vez el instinto protector..., del resultado. Quien mejoró con este cambio fue Higuaín, ahora lejos de la banda izquierda, su cruz; pero era Robben la mayor pesadilla de Riesgo, sobresaliente, reflejos de oro, inspiradísimo delante del extremo madridista, de Sergio Ramos y de Huntelaar, antes de ser sustituido. Resolvió con solvencia cuatro situaciones comprometidas y fue insuperable en cada uno contra uno. En la segunda mitad el actor principal del Recreativo fue el portero, lo cual dice mucho del fútbol de contraataque madridista, y de su ostensible mejoría en este tiempo. Sólo le faltó conectar con Higuaín, que se desesperaba cuando los centros no le encontraban o buscaban a Raúl y no a él, en posición envidiable.Raúl se vacía en cada partido, no escatima esfuerzos, defiende, organiza, ataca y remata; pero no es contundente. Discutirle puede parecer injusto, pero no hay que descartar que si Juande le diera descanso de cuando en cuando, un tiempo, media hora, unos minutos, el equipo posiblemente lo agradecería. Pero es intocable, como Casillas, no como Robben, que dejó su puesto a Torres, para seguir amarrando; pero no se lesiona, como Sneijder, roto en el minuto 90 y sustituido por Van der Vaart, quien sólo tuvo tiempo de celebrar la victoria, la séptima consecutiva del Madrid de Juande fuera de casa, e igual a aquel equipo de Miguel Muñoz de la temporada 1960-1961. Y son ya 16 triunfos, un empate –con el Atlético– y una derrota –ante el Barça– en 18 partidos. Una gesta de Juande que sólo el Barcelona puede neutralizar con otra mayor. Continúa la pelea. Aún hay emoción.
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