Blanqueo de capitales

Memorias de Alcalá-Zamora: se ruega no tocar

Los papeles pueden aportar datos sensibles sobre la actuación de la izquierda en la II República.

Memorias de Alcalá-Zamora: se ruega no tocar
Memorias de Alcalá-Zamora: se ruega no tocarlarazon

MADRID- En unas dependencias del Ministerio de Cultura duermen desde hace un mes y medio, almacenadas, clasificadas y numeradas, 1.200 páginas de la reciente memoria histórica de España. Son los documentos que le fueron robados hace siete décadas al presidente de la II República, Niceto Alcalá-Zamora, y que, a juicio de algunos historiadores, pueden contener información compremetedora para la izquierda sobre su conducta en los prolegómenos de la Guerra Civil. Por eso, hay quien ya ha mostrado su inquietud ante el uso que se pueda estar haciendo de estos legajos. De momento, los descendientes de Niceto Alcalá-Zamora van a presentar un requerimiento notarial ante el juez para reclamar que el Ministerio de Cultura no intervenga en los documentos, que se encuentran bajo custodia de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas, según han confirmado a este periódico fuentes próximas a la familia.
La prueba del delito
Con esta decisión, los seis nietos de Alcalá-Zamora pretenden garantizar que no se altera ni se modifica ninguno de los 1.200 papeles hasta que un juez decida qué uso se hace de ellos y quién es su legítimo propietario, es decir, si es el Estado, los descendientes del político o el empresario valenciano que el pasado 5 de diciembre ofreció la documentación a dos historiadores, César Vidal y Jorge Fernández-Coppel.
Este último no esconde su indignación ante el destino que se ha dado a esta documentación: «Se supone que debería tenerla la Guardia Civil. Es como si fuera la prueba de un delito –denuncia Fernández-Coppel–. ¿Por qué no los entregan ya? ¿Los están reteniendo? Tengo evidencias de que el Ministerio está digitalizando los papeles, y no tiene derecho a tocar nada. Sería una afrenta a la familia y a los españoles». Cultura eludió hacer comentarios porque el caso está «sub iudice». Los documentos están bajo custodia del Ministerio de Cultura por recomendación de la propia Guardia Civil, como ya ocurrió con los mapas robados de la Biblioteca Nacional. Allí deberán permanecer hasta que el juez encargado del caso designe un perito y le exhorte a que haga un peritaje que determine qué es verdadero y qué es falso, y qué es documento público y qué es documento privado. Hasta que no se cumpla este trámite no se podrá decidir su destino.
Folio por folio
En cuanto a su contenido, cada uno de los documentos está catalogado, folio por folio, y la relación completa obra en poder del juez. «Si alguien tuviese la tentación de extraer algún papel, sería tan fácil como contrastar el archivo que devuelve el Ministerio con el "recibí"que tiene el juez, y se descubriría», explican fuentes de la investigación.
¿Qué interés podría tener el Gobierno en ellos? Los primeros indicios apuntan a que pueden arrojar luz en algunas sombras que planean sobre la izquierda en los años previos a la Guerra Civil. ¿Hubo fraude en las elecciones de febrero de 1936? ¿Cuál fue la participación de la izquierda en la gestación de la Revolución de Asturias del 34? ¿Qué presiones ejercieron los políticos del Frente Popular sobre Alcalá-Zamora?
De lo primero, de los comicios del 36, hay hasta ahora algunos indicios y numerosas denuncias de «pucherazo» por parte de las derechas. De lo segundo, unas cuantas sospechas y pruebas, como la de que el socialista Indalecio Prieto introdujo armas de contrabando en las semanas previas a la revolución. Y de la relación entre el presidente de la República y la izquierda, el reconocimiento de que era un matrimonio imposible. El resto de los detalles podrían estar escondidos en el dietario, las memorias y las notas que Don Niceto dejó guardadas en una caja fuerte, y que en 1937 fue reventada por orden –según el propio presidente de la República– de Santiago Carrillo.