Moscú

Noa: «No soy un títere de nadie»

Noa: «No soy un títere de nadie»
Noa: «No soy un títere de nadie»larazon

Cuesta creer que una artista de la trayectoria de Noa se embarque en Eurovisión. Lo hace de la mano de Mira Awad, una cantautora de origen palestino. Juntas buscan hacerse con los «twelve points» para Israel con un himno a la esperanza: «Debe haber otro camino».– Discúlpeme el tono, pero ¿qué pinta Noa en Eurovisión?– La televisión israelí me había propuesto participar varias veces, pero nunca pensé que sería bueno para mí. Ahora las cosas han cambiado. Fue la idea de unir fuerzas con Mira lo que me hizo ver que merecía la pena. Pensé: si escribimos juntas una canción sobre la convivencia y el diálogo, tendré una buena razón para ir. Y así ha sido.– Eurovisión es ante todo un concurso, y yo no la veo especialmente competitiva…– Estás en lo cierto. No hago la música que debería estar en un concurso. La parte competitiva del festival es algo con lo que debo «tragar» para afrontar con optimismo que Eurovisión puede ser un puente para difundir el mensaje tan importante que llevamos.– Entonces, ¿no quiere ganar?– Por supuesto que sí. Esperamos alcanzar un puesto respetable, pero primero tenemos que intentar pasar de la semifinal.– ¿Y si vuelve con cero «points»?– Intento no pensar en esos términos. Quiero creer que no importan tanto los puntos que nos den como que nuestro mensaje triunfe, esto es, que toque el corazón y la conciencia de los espectadores aunque sea por un segundo.– Es la primera vez que una israelí y una palestina cantan juntas en el certamen…– Estamos muy orgullosas de ser el primer dúo árabe-judío que lo hace y de que las leyes israelíes cambiaran para permitir que cantemos una parte en árabe.– ¿Es la música la mejor arma para unir a un pueblo dividido?– El arte y la música no pueden resolver los problemas del mundo, pero pueden ayudar a preparar el terreno para los tratados que deben firmar los políticos. Los artistas debemos colaborar en esta tarea global por la paz y la reconciliación. Nunca es un mal momento para hablar de paz.– ¿Cómo fue recibida su candidatura en Israel?– Algunas personas han protestado, pero la gran mayoría nos están apoyando. He recibido mails increíbles de todo el mundo, incluido de países árabes como Líbano, Siria y Qatar. Nuestra amistad arroja algo de luz sobre la compleja situación que se vive en Israel. Para mucha gente somos un símbolo de esperanza y consideran nuestra amistad un ejemplo de cómo llevarnos bien desde el respeto y la comunicación.– Artistas palestinos les acusan de formar parte de la «máquina de propaganda israelí».– Ambos bandos son culpables de la descarada propaganda. Israel es un estado democrático, no una dictadura, y los artistas podemos decir lo que queramos, incluso si no va en la línea del Gobierno. Mira y yo somos unas mujeres independientes y fuertes, no somos títeres de nadie. Representamos a la mayoría de moderados de ambos lados que apuestan por la vida y no por la muerte. Estoy totalmente en desacuerdo con esos artistas y muy decepcionada con sus reacciones. Somos unas reconocidas activistas por la paz y hemos pagado un alto precio por ello. De todas maneras, muchas de estas protestas no se hubieran producido si el anuncio de que iríamos a Eurovisión no se hubiera hecho justo cuando tuvo lugar la última crisis en Gaza. Hablar de una fiesta como Eurovisión en ese momento fue casi un sacrilegio. Y lo entiendo.

Caminos para la pazLa canción con la que compite en Eurovisión se titula «Debe haber otro camino». ¿Cuál? Aunque Noa reconoce que no tiene «todas las soluciones» para lograr la paz, sí tiene «algunas ideas». Primero: «Cada bando debe reconocer por escrito el derecho a la vida del otro, a la libertad, y a la identidad». Segundo: «Pedir perdón de corazón, ambas partes han hecho cosas horribles». Tercero: «Sólo a través del compromiso se puede alcanzar la paz». Noa apuesta por crear dos países, Israel y Palestina, desde el respeto y la coexistencia pacífica. Y añade: «Si fuera el primer ministro de Israel o de Palestina, me encerraría en una habitación con el otro, y no saldríamos sin haber llegado a un acuerdo».