Literatura

Literatura

Querer

La Razón
La RazónLa Razón

Por qué quieres a la gente. Normalmente, esta cosa que escribo, es de registro bajo. Pelagrero. Pero advierto, que lo de hoy, es moña, y particular. O no. O igual alguno de Vds se ha hecho alguna vez esa pregunta. Por qué quiere uno a la gente. A determinadas personas. Y por qué a otras no. Por qué, de pronto, se te cruza un tipo, al fondo de una barra. No es maravilloso, o sí, pero, a ti te lo parece. Absolutamente maravilloso. No es distinto, pero para ti es diferente. Y tú le ves como si un foco le estuviera iluminando y el resto permaneciera a oscuras. Y gesticula. Y se ríe. De sí mismo. Mucho. Te vas a casa. Y mientras cruzas para llegar al bus, caramba, notas el peso de una interrogación enorme. Y sabes que estás perdida. Por qué te sientes a veces unido a personas con las que has coincidido diez minutos. Contando todo el tiempo, diez minutos. Y por qué no tragas a individuos a los que ves todos los días. Por qué el tipo de los diez minutos te cae bien. Por qué. Si lo tiene todo para, en realidad, reventarte los cromosomas. Tiene un humor ácido, corrosivo, excesivamente sarcástico, un humor de esos que paralizan. Un humor que desatasca tuberías, que forja la cubierta de un barco ballenero. Humor aguarrás. Por qué de pronto te sientes unida. Por qué quieres, en una reunión muy seria, de barba cerrada, partirte la caja con sus salidas. Por qué te gusta que sea tan gamberro. Por qué te gusta su tono de bronca, de riña, de chorreo. Por qué te sientes bien mirándole desde abajo. Y no te importa que él tenga esa voz tan grave. Porque, en circunstancias normales, esa voz impone. Intimida. Pero él consigue hacerla socarrona y traviesa. Y manotea mucho. Y eso es muy llamativo. Y acaba de echarte un puro y te lleva en su coche y te pone calorcito en los riñones. Y te cuenta que tiene miedo. Y te caía bien, estupendamente, pero ahora quieres abrazarle. Unos días después, sus miedos se confirman. El monstruo está ahí. Otra vez. Y yo, sólo quiero que sepa que tengo su matrícula apuntada. Por qué quieres a la gente. De ésta, me largan. Fijo.