Música

Sevilla

Springsteen apoteosis en la carretera

El Jefe de Nueva Jersey sigue en forma a sus 59 años. Ayer pisó, una vez más, nuestro país, en el comienzo de su gira española en Bilbao. 36.000 entusiastas vibraron con su rock en San Mamés

Bruce Springsteen, ayer en un momento de su concierto en Bilbao
Bruce Springsteen, ayer en un momento de su concierto en Bilbaolarazon

Hace ahora justo 44 años que Bruce Springsteen celebró su primera actuación remunerada. Entonces tocó en un tugurio llamado Woodhaven Swim Club, en Nueva Jersey, junto a una banda de adolescentes llamada The Castiles, y cobró unos míseros dólares por actuar ante un público que prestaba más atención a las cervezas y a las chicas que a la música del combo. Hoy, pasados los años, Bruce Springsteen & The E-Street Band actúan en estadios y son (con permiso de los Rolling Stones) la mayor máquina de hacer dinero tocando rock and roll clásico.Así sucedió anoche en Bilbao, donde Springsteen y sus amigos deslumbraron con lo acostumbrado en el músico estadounidense: adrenalina, sudor, canciones clásicas, ejecución brillante, nuevos temas y guiños a sus incondicionales seguidores. Fue el comienzo de una gira española que les llevará también a Sevilla (martes), Benidorm (jueves), Valladolid (sábado) y Santiago de Compostela (domingo). Ésta será la última parada europea tras 27 conciertos. Se espera que para el año que viene acometa un nuevo «tour» por Europa, que incluiría nuevas ciudades españolas.Springsteen ha hecho de su vida una experiencia en la carretera. Él ha cambiado; su música también ha sufrido vaivenes, como su propia vida. Si acaso, puede sentirse dichoso de haber mantenido junta a la E-Street Band, un asunto nada fácil. En el rock and roll es muy complicado que una formación tan numerosa siga intacta (dejando aparte la muerte del teclista Danny Federici) durante tanto tiempo. Pero el Jefe ha logrado ingeniárselas para seguir con sus compañeros de viaje todos estos años.Lo que también ha cambiado con el tiempo es su estatus. Ya en Nueva Jersey, durante su adolescencia, cobró una enorme fama por sus «maratones» en escena, donde se dejaba la piel. Firmó con Columbia en 1972, pero hasta 1975 no le llegó el éxito de ventas, gracias a su monumental «Born to run».Sus dos discos anteriores («Greetings from Asbury Park» y «The Wild, the Innocent & the E Street Shuffle») fueron sendos fracasos comerciales, pero Springsteen encontró la salvación en el directo, granjeándose una enorme fama en el circuito de clubes de Nueva Jersey. Y con «Born to run» dio su primer gran salto. No es que pasara a grandes «arenas», pero las canciones de aquel álbum le permitieron construir un repertorio mucho más sólido. En definitiva: sembró.A nivel masivo, fue mucho más importante el disco «Darkness of the Edge of Town», de 1978, que le permitió pasar a tocar en recintos de 10.000 personas. Ahí comenzó a construirse su leyenda como gran músico de masas. En lo musical, muchos piensan que aquella gira fue la mejor que el músico haya dado nunca. Por entonces, Elvis estaba muerto, Dylan exploraba en el góspel, los productores se adueñaban de la creatividad de los artistas, los Stones se dispersaban en delirios megalómanos y sólo el emergente punk permitía confiar en un futuro mejor. No había duda: Springsteen era la gran bandera del rock and roll.Carisma y una gran bandaLe siguió «The river» y el mítico concierto del 14 de abril de 1981, la primera visita a España de Springsteen y un éxito absoluto. Al músico le habían avisado de que no esperara un público demasiado entusiasta ni conocedor de la obra, pero Springsteen adelantó la pierna y echó la muleta adelante para ofrecer uno de los conciertos más recordados en nuestro país.Con «Born in the USA», dio el salto definitivo hacia lo que es hoy. Pasó a tocar en grandes estadios, con una gira mundial que le consagró como un músico de masas. Al tiempo, el rockero dio forma a un espectáculo singular en el que intentaba que cada espectador se sintiera como en el salón de su casa. Y lo conseguía sin alardes pirotécnicos, sin juegos brutales de luces, sin muñecos hinchables. Sólo con su carisma, con una banda perfectamente engrasada y con un generoso puñado de buenas canciones.Más o menos lo que sigue haciendo hoy, y lo que hizo anoche en Bilbao. Springsteen arrancó con dos temas de su época más clásica, «Badlands» y «The tie that bind», y «Outlaw Pete» fue la primera evocación de su último disco. No hubo demasiadas menciones a «Working on a dream», como viene sucediendo durante la gira. En cambio, el músico sí encontró espacio para canciones más «oscuras», por decirlo así, como por ejemplo «Murder Incorporated», «Johnny 99» y «Factory», esa rareza de «Darkness of the edge of town». También fue sorprendente la elección de «Santa Claus is coming to town». ¡Un villancico tocado en pleno julio! Como es habitual en sus últimas giras, Springsteen aceptó peticiones del público y por ahí llegó la sorpresa. En fin, el «boss» dio satisfacción a quienes esperaban sus clásicos (por ejemplo «Thunder road») y a quienes van buscando gemas poco habituales en su repertorio. Es sorprendente ver su condición física a sus casi 60 años, desafiando las leyes del tiempo. Nada permite intuir que lleva casi tres de gira sin interrupción.El más rico del rock and rollTambién es cierto que Springsteen se ha hecho multimillonario gracias a sus conciertos. Entre junio de 2008 y junio de 2009 se situó en la cuarta posición del «ránking» de músicos con mayores ingresos, con 70 millones de dólares. Por delante, según «Forbes», estaban Madonna, Celine Dion y Beyoncé. O sea, es el que más dinero gana haciendo rock and roll; y no es por la venta de sus discos, sino por la carretera y por su ingente cantidad de seguidores. Porque el Boss sigue siendo la gran estrella del rock and roll contemporáneo. Al menos, visto como un fenómeno de masas.

Un (casi) sesentón que se deja la pielSpringsteen ha convertido el otoño de su vida en un constante girar y girar. Cuando lo fácil hubiera sido quedarse en casa contando las mansiones compradas, él ha decidido pasar la vida en la carretera tocando viejas y nuevas canciones junto a su banda favorita, que también se deja la piel, achaques al margen. En septiembre de 2007 acometió el inicio de la gira de «Magic» y desde entonces no ha parado, salvo para grabar «Working on a dream» o para tomarse los necesarios descansos.