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Un canon hecho teatro

Almagro acoge «Arte nuevo de hacer comedias...», amena y bella versión de Micomicón del texto de Lope de Vega

Dos de los actores de Micomicón con la marioneta de Lope en la pieza que acoge el Festival de Almagro
Dos de los actores de Micomicón con la marioneta de Lope en la pieza que acoge el Festival de Almagrolarazon

«Tenga cada acto cuatro pliegos solos, que doce están medidos con el tiempo y la paciencia del que está escuchando». Ah, útiles consejos. Más de un moderno director debiera atender a la sabiduría de los antiguos. Ésta y otros pautas dejó escritas Lope de Vega en 1609 en su «Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo», un texto de 15 páginas –nacido como conferencia, apenas 379 endecasílabos y 5 dísticos latinos– que habría de convertirse en canon del teatro español durante el siguiente siglo.De la teoría a la escenaEn estos días de efeméride, los 400 años de la publicación del más famoso manual de nuestra escena clásica, una compañía de solera y buen teatro, Micomicón, se ha lanzado al triple mortal de convertir en práctica lo que era teoría. En otras manos, más torpes o profanas, el asunto habría sido un desatino. Pero con la dramaturga Laila Ripoll, el codirector Mariano Llorente y su «troupe», un puñado de buenos y desconocidos actores, el salto se convierte en una nueva constatación de que en teatro no hay aventuras imprudentes si se tiene talento para abordarlas. Llegados de Clásicos en Alcalá –justo es recordar que el estreno fue en la cita complutense–, el Festival de Almagro ha cedido su espacio con más encanto a los cómicos de Micomicón. La cercanía a los mosqueteros y cazuelas del antiguo Corral de Comedias juega a favor de un montaje que bebe del teatro de la legua, de carromato y repetorio, y que mucho tiene que ver con una corriente predominante de respeto al folclore y la tradición sin desatender el gusto popular, como pedía Lope: ahí están algunos guiños a la actualidad política con el «¿por qué no te callas?» como ejemplo.Frescura cómicaRipoll juega con músicas, bailes populares, canciones –un hermoso trabajo de Marcos León, aunque en algún momento cueste entender lo expuesto por Lope que no siempre es meridiano si el público no está familiarizado con el texto–, y se vale de un teatrillo todoterreno al que saca gran partido cómico, y una marioneta que es el Fénix en miniatura movido a varias manos al estilo de la escuela bunraku. Son Manuel Agredano, Teresa Espejo, Marcos León, Juan Ripoll, Rebeca Sanz Conde y Ana Varela, actores entregados y de frescura cómica sin peros, a los que acompaña la voz de Paco Valladares como Lope. Ah, y la función cumple con el consejo rescatado al comienzo de esta crónica: hora y diez minutos.