Barcelona

Un servicio a domicilio para evitar los abortos

Una empresa se desplaza a cualquier punto de España para realizar el análisis preimplantacional.

Mireia Sandalinas y Carles Giménez, en la sede de Reprogenetics Spain de Barcelona
Mireia Sandalinas y Carles Giménez, en la sede de Reprogenetics Spain de Barcelonalarazon

BARCELONA- Carmen tiene 31 años y quiere ser madre por primera vez. Se ha quedado embarazada hasta en dos ocasiones, pero antes de llegar al tercer mes de gestación ha sufrido, en ambos casos, un aborto natural. La angustia de no ver uno de sus anhelos cumplidos se suma al miedo de no saber qué pasa. Hasta ahora, las visitas médicas no habían dado ninguna señal de alerta. Todo estaba bien. Pero Carmen quiere ser madre y puede intentarlo, junto a su marido, sometiéndose a un tratamiento de fertilidad. El caso de Carmen no es único. España es el tercer país europeo en aplicar este tipo de terapia, según datos de la Sociedad de Reproducción asistida. Sólo en 2006 se realizaron 50.299 tratamientos de fecundación in vitro y 29.766 inseminaciones artificiales. Hay múltiples factores que determinan la infertilidad o la esterilidad de hombres y mujeres. Edad avanzada, el componente psicólogico o el genético, son alguno de ellos.Que los embriones no se implanten correctamente en el útero de Carmen puede deberse a anomalías cromosómicas o a errores en el ADN que hereda el óvulo fecundado. Para averiguarlo, Carmen se someterá a un diagnóstico genético preimplantacional. En toda EspañaSu hospital de referencia no cuenta con la tecnología necesaria para ello, así que el centro se pone en contacto con los biólogos Mireia Sandalinas y Carles Giménez y el equipo de investigadores que dirigen desde Barcelona la sede de Reprogenetics Spain. Expertos en biología celular se desplazan a cualquier parte del país para determinar, mediante el análisis en laboratorio de los cromosomas y los genes portadores de las enfermedades hereditarias, cuál será el embrión que dará lugar a ese hijo deseado y sano. Hasta ahora, la tecnología sólo permitía analizar, antes de congelar el embrión, una docena de cromosomas, de los 46 que posee el ser humano. AnomalíasEsta técnica, bautizada como FISH, detecta sólo un número finito de defectos. Sin embargo, Sandalinas y Giménez aplican una nueva metodología, de «microarrays» o también conocida como «microchip», que detecta hasta un 20 por ciento más de anomalías que la técnica FISH, analizando no sólo 24 cromosomas sino todos. El estudio, además, puede realizarse en 24 horas, por lo que no es necesario congelar o vitrificar el embrión para obtener la información de los 46 cromosomas y, por lo tanto, se evita que éste sea sometido al estrés de la descongelación o que incluso muera. Siguiendo esta terapia, las posibilidades de que el embrión transferido a Carmen se implante correctamente son del 60 por ciento, y de que finalmente tenga un hijo, del 78 por ciento. ¿Debate ético? «Nosotros podemos ayudar a que las parejas se queden emabarazadas y que lo hagan de un niño sano», dice con firmeza Sandalinas. Y para el que dude, pide que se consulte la Ley14/2006 sobre técnicas de reproducción humana asistida.