Desarme de ETA
Una descoordinación en ETA evitó un atentado mortal en Irún
MADRID-Una descoordinación en la entrega de material por parte de ETA, atribuible al que entonces era jefe de los células de la banda, Garikoitz Aspiazu, «Txeroki», evitó que el «comando Mikelats», integrado por Patxi Uranga y Olatz Lasagabaster, dispusiera de todo lo necesario para poder cometer atentados, entre ellos el asesinato de un miembro de las Fuerzas de Seguridad en Irún. El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón mandó ayer a prisión a estos individuos, junto con Ainara Vázquez, que realizaba funciones de enlace.La célula, según fuentes antiterroristas, se constituyó a partir del otoño de 2007. Uranga recibió una carta de ETA en la que se le proponía ingresar en la organización criminal. Debía acudir a una cita en Ventas de Orio (Guipúzcoa), con un miembro «liberado» que resultó ser Arkaitz Goicoechea, responsable entonces del «comando Askatun Haizea». Aceptó, y una vez en su domicilio, se lo comunicó a su pareja, Olatz Lasagabaster, que decidió entrar también en la banda terrorista.En una segunda cita, Goicoechea le indicó que debía construir un «buzón» (frasco de cristal enterrado en el monte para mandar y recibir mensajes de la banda) en Aia (Guipúzcoa). Y que, en enero de 2008, tenía que ir a Ustariz, en Francia, para entrevistarse con un dirigente de la organización criminal. El cabecilla era el entonces responsable de la «logística militar» (ELOSA), Aitzol Iriondo, «Gurbitz», con el que estableció un sistema de comunicaciones a través del citado «buzón».Posibles víctimasTres meses después, recibieron un pen drive (dispositivo de memoria) en el que se les ordenaba que, junto con Lasagabaster, acudiera a una cita de seguridad en una localidad de Las Landas, en territorio galo. En ese pen drive –pendiente de análisis–, se encuentra, según señala Garzón, la «información concreta sobre las posibles víctimas» del «comando».Allí conocieron a «Txeroki», que les anunció que iban a hacer uncursillo sobre manejo de explosivos. También les comunicó que enseptiembre recibirían una entrega de material explosivo. El cursillo se realizó en un apartamento alquilado por Uranga y Lasagabaster, tras haber recogido a «Txeroki» en la localidad de SanJuan de Luz. La entrega de material se produjo en el monte Ernio. Uranga y Lasagabaster se desplazaron en dos coches por separado. El primero hacía funciones de «lanzadera» por si encontraban controles policiales. Dos individuos les esperaban en el lugar y les entregaron dos maletas en las que había polvo de aluminio, nitrato y cordón detonante. Trasladaron todo a su domicilio, donde comprobaron que faltaban diversos componentes necesarios para fabricar las bombas. Por ello, dos semanas después, se dirigieron a un lugar de Francia para recoger lo que faltaba, pero nadie acudió a la cita ni encontraron el material en el lugar marcado.
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