Hospitales

Una residencia «a la última»

Una residencia «a la última»
Una residencia «a la última»larazon

En pocos días estrenamos nueva estación. Y cuando ya «han caído muchas primaveras», empieza a rondar por la cabeza aquello de encontrar un hogar fuera de casa. En Salamanca acaba de abrir sus puertas Sauvia, un nuevo concepto de residencia para mayores en la que la convivencia e interacción entre los internos y la gente de fuera son la piedra angular de una mayor calidad de vida.«El centro, además de cuidar médica y psicológicamente de los pacientes, está abierto a cualquier persona que quiera utilizar nuestras instalaciones, incluso, como lugar de exposiciones, de intercambio cultural, etc. El objetivo es que haya un flujo de personas que enriquezca positivamente el día a día y la autoestima de los internos y, con ello, alargue su esperanza de vida», explica José Antonio Villa, director de Sauvia.El proyecto, desarrollado por tres empresarios salmantinos encabezados por Juan José Hidalgo, presidente ejecutivo del grupo Globalia, rompe con los clichés tradicionales de este tipo de centros. Pensado para ancianos con cualquier patología, desde enfermedades neurodegenerativas hasta problemas de movilidad física, el edificio cuenta con modernas instalaciones dedicadas a resolver todas las necesidades del paciente. Ejemplo de ello es la sala multisensorial, un espacio dedicado a tratar y prevenir enfermedades cognitivas que, «gracias a su completo equipamiento, puede considerarse única en España», precisa Villa. «La estimulación cognitiva en todos los niveles, es decir, incidiendo en los cinco sentidos, nos permite potenciar la autoestima y la creatividad de los pacientes, tanto si nos encontramos ante una persona con una patología desarrollada como si actuamos de modo preventivo», concreta José Antonio Martín, psicólogo de Sauvia quien, al menos una vez a la semana, realiza una revisión a cada uno de los internos. «Lo ideal es que, además, la familia se involucre a nivel terapéutico y el trabajo pueda reforzarse con la presencia in situ de alguna persona querida con la que el abuelo puede realizar sus actividades», añade Martín.La labor psicológica se apoya, a su vez, en un trabajo físico continuo. De ello se ocupa Miguel Robles, fisioterapeuta del centro y encargado de ampliar la movilidad y la autonomía de las personas con problemas traumatológicos, de artrosis o reuma. Para ello cuenta con una piscina y tratamientos de hidroterapia, electroterapia, micro-ondas o laserterapia que, además de los internos, pueden usar cualquier persona ajena al centro. «El hecho de que vengan individuos de fuera que puedan interactuar con los residentes hace que éstos se sientan socialmente activos y más motivados», comenta Villa.Los colores vivos, la decoración minimalista y la amplia luz natural alejan los espacios de la imagen melancólica de una residencia para mayores al uso. «Más bien parece un centro de convivencia para viejos, jóvenes, sanos y enfermos», relata José Pedraz de Cabo, médico y profesor emérito de la Universidad de Salamanca que, a sus 85 años, ya está «planeando» su futuro. MULTIDISCIPLINAR.El centro cuenta con dos médicos geriatras, enfermeras, auxiliares, fisioterapeuta, psicólogo, terapeuta ocupacional, trabajadora social y podólogo.AL DETALLE. La residencia tiene capacidad para 220 residentes y 30 personas como centro de día. La primera planta está dedicada a enfermos cognitivos y cuenta con un sistema de seguridad que evita que salgan de este área.INSTALACIONES. El centro tiene sala de curas, habitaciones con instalaciones hospitalarias, capilla, biblioteca, ordenadores con internet, tres comedores y jardín interactivo con zona de juegos y huerto.