Galicia

Zapatero cierra el debate con una llamada al pacto

Zapatero cierra el debate con una llamada al pacto
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MADRID- Segunda y última jornada del Debate de la Nación. El presidente está satisfecho del resultado; el PSOE, eufórico; el PP, desfondado y todos los grupos dedicados ya a la redacción de las propuestas de resolución que coronarán, el próximo martes, un debate de más de doce horas y del que el presidente del Gobierno, a pesar de las adversas circunstancias, no ha salido mal parado. ¿Ha cambiado algo tras esta intensa jornada parlamentaria? Nada. Ahí siguen los cuatro millones de parados, la falta de crédito, el descenso del consumo, el déficit público, la soledad del Gobierno... y el desacuerdo entre partidos. Uno se pregunta por qué si en Francia pueden, en Alemania pueden y en EE UU pueden, en España no. El combate a la crisis económica no entiende de colores políticos en otros países de la UE y al otro lado del Atlántico.

 

Pero si para algo ha servido este «macroexamen» sobre el Estado de la Nación, además de para certificar el desencuentro, es para poner negro sobre blanco que nuestros políticos prefieren los duelos de esgrima antes que las soluciones conjuntas. Por eso la frase del portavoz de CiU, José Antoni Duran Lleida, de «España necesita políticos dispuestos a perder votos y a adoptar soluciones aunque no sean populares» sonó el martes en el hemiciclo a un «basta ya» de divergencias y «sentémonos a hablar de lo que necesitan los españoles».

 

Superar divergencias

 

Tarde o temprano Zapatero tendrá que hacerlo, pues anda huérfano de aliados. El debate ha podido salvarlo desde el punto de vista de la dialéctica, pero también ha evidenciado la soledad del Gobierno. El crédito que ha perdido en la calle es un émulo del que tampoco tiene en el Parlamento.

 

Quizá, por eso, en su última intervención de ayer por la mañana, el presidente hiciese una última llamada al acuerdo, una invitación al diálogo... Tomó el guante de Duran e instó a todos los grupos políticos a superar las divergencias para afrontar juntos «las serias y graves dificultades económicas y de empleo». Hechos, lo que hace falta son hechos y no falsas invocaciones.

 

Pero el presidente siguió esa senda, que no es otra que la que piden los ciudadanos, en su intervención final de ayer por la mañana: «Hagamos un esfuerzo especial pensando en los ciudadanos, en aquellos que no tienen trabajo, porque sin duda contribuirá a un resultado positivo para el futuro de nuestro país». De momento, comprometió para ello el «trabajo, la sensibilidad y el esfuerzo» del Gobierno, que trabajará, «sobre todo, pensando en las personas y familias que tienen más dificultades y carecen de empleo, especialmente en los jóvenes y las mujeres». En este mismo contexto se dirigió a todos los partidos y les animó a superar las dificultades de comunicación y las divergencias partidarias. «Señores y señoras diputados, a la tarea», concluyó su alegato.

 

Las últimas palabras con las que el presidente enfatizó su compromiso con los que no tienen empleo llevó ya en las conversaciones de patio, a muchos, a preguntarse dónde había quedado la intención confirmada por el Gobierno de extender la prestación por desempleo a quienes agotaran la cobertura. La protección, en fin, de ese más de millón de españoles que no reciben ya ninguna prestación y viven de la caridad y de la cobertura familiar.

 

La respuesta hay que buscarla en el Ministerio de Economía y Hacienda, donde tras varias semanas de números y encajes presupuestarios, trasladaron a Zapatero que no había dinero para hacer frente al anuncio que tenía previsto. Así lo aseguran quienes en estos días han estado en la negociación presupuestaria, y en la búsqueda de recetas sociales para que Zapatero hiciera el anuncio en el Debate. «No hay dinero para hacer frente a ello», reconocía sin ambages un destacado miembro de la Ejecutiva del PSOE.

 

El presidente, sin embargo, no se ha dado por vencido y ha vuelto a dar instrucciones de que se revisen los números porque el gasto público, ha dicho, no debe tener límite para cubrir las necesidades básicas de los más desamparados.

 

Zapatero ha dado un nuevo plazo a sus asesores para que acierten con la fórmula, y ha hecho saber también que la decisión está tomada y que debe ser una medida que salga en las próximas semanas de la mesa del también maltrecho diálogo social.

 

Hasta entonces los grupos parlamentarios trabajan ya en la redacción de sus propuestas de resolución. Hasta quince podrá presentar cada partido antes de las cinco de la tarde de mañana. Todas se discutirán y votarán en el pleno del próximo martes 19. Y entonces será tiempo del segundo asalto para el PSOE y para Zapatero. Ya hay quinielas sobre en cuántas propuestas se quedarán solos los socialistas, cuántas tendrán que apoyar a la fuerza para no perderlas y cuántas no podrán sacar adelante. Será una nueva sesión de geometría variable.

 

Los partidos minoritarios también dejan solo a ZapateroBNG El portavoz de BNG en el Congreso, Francisco Jorquera, le pidió a Zapatero que no confunda su disposición al diálogo con un futuro apoyo de su partido. Es más, supeditó la reedición de los pactos con el Gobierno a que éste cumpla con los compromisos adquiridos con Galicia y a una «reforma de la financiación autonómica».C. CanariaTono suave el que empleó la portavoz de Coalición Canaria, Ana Oramas, al pedirle un mayor compromiso al presidente del Gobierno en materia de inmigración, haciendo hincapié en los menores no acompañados que llegan a las islas. Así, le exigio un sistema estatal que permita acogerlos en las «mejores condiciones».UPyDUna vez más, Rosa Díez cogió las riendas de la crítica y exigió a Zapatero que convoque un Pacto de Estado contra la crisis. De lo contrario, «déjenos a los españoles decidir quién nos gobierna», aseveró la líder de UPyD mientras le acusaba de no ser capaz de «mirar a la cara» a los cuatro millones de parados y de poner a España a la «cola de Europa» en Educación.Nafarroa Bai«Su Gobierno navega a la deriva». La portavoz de Nafarroa Bai, Uxue Barkos, acusó a Zapatero de practicar una «política de cambalaches» para «sacar adelante sus iniciativas». Tras culpar a toda la Cámara de la grave situacion actual, le ofreció su posible colaboración, pero «sin cheques en blanco».UPNConsenso. Eso es lo que le pidió el diputado de UPN, Carlos Salvador, a Zapatero, cuya actuación comparó con la de «la cigarra de la fábula que no se ha preparado para la llegada del invierno». Asimismo, le preguntó si está dispuesto a afrontar solo la grave situación de desempleo.