Guerra antivacunas

Francia impone desde hoy el certificado sanitario en bares y espectáculos

Miles de personas protestan en las calles contra “la dictadura sanitaria” impuesta por Macron

«Apartheid», «dictadura sanitaria»... decenas de miles de personas protestaron en Francia este fin de semana
«Apartheid», «dictadura sanitaria»... decenas de miles de personas protestaron en Francia este fin de semanaPASCAL ROSSIGNOLREUTERS

«¡No a la dictadura, Sí a la libertad!», gritaron más de 100.000 personas en toda Francia este fin de semana, reunidas en protesta contra la exigencia del llamado «pase sanitario» en sitios de ocio y actividades masivas, así como la obligatoriedad de la vacuna para los trabajadores de la salud. Y es que, a partir de hoy, el certificado emitido por el Ministerio de Sanidad –que constata la vacunación completa o bien, una prueba PCR realizada 48 horas antes o una constancia de recuperación de la covid-19– deberá ser presentado a la puerta de restaurantes, cafés, cines, museos, centros comerciales, conciertos y lugares deportivos, así como para realizar viajes en avión, tren o autobús.

Para los manifestantes, la obligación de mostrar este «salvoconducto» para tener acceso a las actividades cotidianas representa un atentado a la libertad francesa. Palabras como «segregación», «discriminación» o incluso, «apartheid» llenaron las calles de más de 130 ciudades de toda Francia. «Los que se vacunaron lo hicieron por elección libre, ¿por qué nosotros no tenemos esa misma libertad?», declaraban los manifestantes a los medios franceses. En ciudades como Lyon, Marsella o Estrasburgo, las protestas terminaron con enfrentamientos contra la Policía y mucho gas lacrimógeno. Esta medida llega justo cuando el país registra 18.181 nuevos casos en un solo día, mientras que una semana antes eran menos de 7.000. Es un nivel que no se alcanzaba desde mediados de mayo.

Por su parte, los dueños de restaurantes y lugares de ocio también muestran su descontento. De hecho, quizás ellos lleven el castigo más fuerte: no sólo verán su público reducido a quienes tengan al día su certificado sanitario sino que también se exponen a multas y penas de cárcel si no exigen el documento a sus consumidores. Y no es poca cosa: el proyecto de ley de las nuevas restricciones anti-COVID prevé 45.000 euros de multa y hasta un año de prisión para los comerciantes que no cumplan esta exigencia.

Entre los paralelismos que se hicieron durante las protestas, hubo uno que llamó poderosamente la atención: diferentes manifestantes llevaban en su ropa una estrella amarilla –evocando el lamentable símbolo que los judíos eran obligados a llevar durante el Holocausto– con la inscripción «Sin vacunar». Una manera impactante de denunciar el pase sanitario como una discriminación sistemática pero, a la vez, una metáfora desagradable que volvió a abrir viejas heridas.

El domingo, en los actos conmemorativos del Día Nacional a la Memoria de las Víctimas de Crímenes Racistas y Antisemitas en Francia, el anciano Joseph Szwarc –superviviente de la gran redada del Velódromo de Invierno de París en 1942– se levantó en contra de la «instrumentalización» de la estrella de David como protesta contra el pase sanitario: «Es una comparación odiosa. No pueden imaginar hasta qué punto me ha entristecido todo esto. No pude contener las lágrimas. Tuve que llevar esa estrella. Sé lo que significa, la llevo aún en la piel».

Lejos de frenar las restricciones anti-COVID ante las protestas de calle, el Gobierno de Macron avanza aceleradamente hacia la aprobación final del proyecto de ley que las oficializa. El lunes, el texto fue presentado ante el Consejo de Ministros, donde fue adoptado sin sorpresas. Hoy será discutido en el seno de la Asamblea Nacional, tanto en comisiones como en plenaria, para pasar inmediatamente al Senado el jueves. Se espera que, para el viernes, tanto diputados como senadores hayan aprobado sin grandes trabas el proyecto de ley.