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Manifestaciones

Perú se alza contra Jerí, el nuevo presidente interino

Un muerto en las protestas y un nuevo caso de corrupción han incendiado las calles del país

"Acá seguimos en la lucha, poniendo el pecho, parados en la esquina con cubrebocas y capuchas", cantaba Eduardo Ruiz Sánz más conocido como Trvko, un artista urbano del rap, de 32 años y padre de una niña de 9 años, que se ha convertido en la primera víctima de la violenta represión del régimen del flamante presidente peruano interino, José Jerí. La música rebelde de Trvko, proveniente de un barrio pobre y marginal de Lima, se ha convertido en himno por estos días. Así fue encontrado en una esquina, con cubrebocas y capucha y un disparo en el tórax.

Otro joven, también músico, se debate entre la vida y la muerte, en un hospital de Lima, con heridas de balas policiales en la cabeza. Ambos habían salido a protestar, el pasado 15 de octubre, contra el recién instalado gobierno de transición. Miles de personas, la mayoría jóvenes, inundaron las calles de Lima bajo el lema "Que se vayan todos". Ya fue identificado el policía homicida: Luis Magallanes, quien el día de la marcha acudió vestido de civil y se camufló entre los manifestantes. Un día antes de la protesta, Jerí había rociado combustible para que arda más la indignación ciudadana: nombró a su gabinete de ministros presidido por un abogado, cercano al partido fujimorista "Fuerza Popular" y que en sus redes sociales había llamado "terroristas" y herederos del grupo terrorista "MRTA" a los manifestantes.

Los ministros, por su parte, todos son visibles militantes de las cuatro agrupaciones que forman la llamada "Coalición gobernante". Una repartija de poder. Nada había cambiado. Eso generó más ira en las calles, sumado a los asesinatos y extorsiones del crimen organizado que no dan tregua al nuevo mandatario ni a los peruanos.

Tras el asesinato de Trvko, se anuncian más y nuevas marchas de protestas convocadas por la llamada generación Z. Los jóvenes piden la renuncia de Jerí y de la mesa directiva del Congreso que preside un fujimorista recalcitrante y hacedor de leyes pro crimen, Fernando Rospigliosi.

El presidente se mantiene imperturbable y ya anunció que no renunciará al cargo. Vestido para la ocasión, durante toda su primera semana de gobierno, con jeans vaqueros y camisa blanca arremangada hasta los codos, hace todo lo posible por adoptar el estilo Bukele. Sale de noche a inspeccionar los penales, lanza mensajes a los presos cabecillas de bandas criminales "pórtense bien", les dice, se reúne con alcaldes y ahora anuncia decretar un estado de emergencia para Lima, como lo hizo Bukele en El Salvador, con toque de queda incluído, que más que combatir la delincuencia busca silenciar las calles y encerrar a los jóvenes en sus casas.

El descontento social se extiende no sólo entre los jóvenes que expresan no sentirse representados por alguien con tantas acusaciones e investigaciones fiscales, entre las que se cuenta un caso de violación sexual archivada precozmente, sino también entre académicos, políticos y analistas que han advertido el grave error del Congreso de dejar en manos de José Jerí, un gris abogado que terminó la carrera a los 28 años, advenedizo en la política y sin solvencia moral, la conducción del gobierno de transición y que pone en riesgo incluso las elecciones generales de abril próximo. Y por si fuera poco, el periodista Juan Carlos Tafur denunció hace unos días que estaría en marcha un golpe de Estado propiciado por algunos militares irritados por la crisis política y social que se vive.

Y es que si Dina Boluarte fue destituida por "grave incapacidad moral" el reemplazante Presidente interino José Jerí, de 38 años, no presenta mejores credenciales cívicas ni morales. Varias denuncias por corrupción lo acechan y un inexplicable incremento patrimonial sale a la luz. Antes de llegar al Congreso, no por ganar la elección, sino como accesitario porque fue inhabilitado el expresidente Martín Vizcarra que sí había sido electo por la agrupación Somos Perú, Jerí, hijo único de un jubilado de 85 años y una ex vendedora de comercio, vivía en la casa de sus padres y se dedicaba a hacer trabajos de asesorías a municipios y gobiernos regionales que le reportaban, según sus propias declaraciones juradas, modestos ingresos por 1,500 dólares mensuales. Sin embargo, apenas dos años después de presidir la Comisión de Presupuesto del Parlamento, se convirtió en propietario de un penthouse de mil metros cuadrados, dos cocheras, dos casas de playa, tres vehiculos y dos oficinas.

El viernes último el semanario de investigación periodística "Hildebrandt en sus trece" reveló el reciente hallazgo de la Fiscalía Anticorrupción, un delator mensaje WhatsApp entre un funcionario publico de un organismo de obras publicas y un asesor parlamentario Ahí menciona: "200 mil dólares para Jerí sólo por aprobar una ley". Tal mensaje se dio cuando el mandatario presidía la Comisión de Presupuesto del Congreso. Tres meses después de ese mensaje, Jerí adquiría el penthouse donde vive ahora. Contundentes pistas de evidente corrupción, el delito que ha envuelto a todos los últimos presidentes del Perú, tres de ellos actualmente se encuentran tras las rejas.