Frágil acuerdo de paz
La tregua en Gaza pende de un hilo
Los bombardeos israelíes en puntos de la Franja tras el ataque de Hamás a una unidad del Tsahal en Rafah comprometen la paz
Una semana después de la firma en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij del que se anunció como el acuerdo que traería la paz definitiva, «tres mil años de espera», a Oriente Medio, los bombardeos israelíes de ayer en distintos puntos de la Franja a raíz del ataque de Hamás contra soldados del Tsahal en Rafah amenazan con hacer saltar por los aires el precario alto el fuego.
El domingo comenzaba con el asalto perpetrado por Hamás contra soldados israelíes en Rafah, al sur de Gaza. Primero, el grupo terrorista aseguraba que el ataque iba dirigido contra una milicia local financiada por Israel –desde el inicio de la tregua, la organización terrorista viene llevando a cabo purgas contra supuestos grupos colaboracionistas con Tel Aviv– para, horas más tarde, admitir no estar en condiciones de saber qué había ocurrido con exactitud.
Por su parte, la versión del Gobierno presidido por Benjamin Netanyahu es que el objetivo de la agresión era una unidad de ingenieros y un refuerzo de infantería, primero con el impacto de un misil antitanque contra una excavadora militar y después con disparos contra las unidades de apoyo que se encontraban «destruyendo infraestructuras terroristas (…) con arreglo a las condiciones del acuerdo». Según la nota oficial, las tropas israelíes «lanzaron ataques aéreos y fuego de artillería en Rafah con el fin de neutralizar la amenaza» después de «una flagrante violación del alto el fuego». Israel afirma que dos de sus soldados murieron: el Mayor Yaniv Kula y el sargento Itay Yavetz.
A esa misma hora, la Administración Trump informaba a los países mediadores –Qatar, Turquía y Egipto– de la violación del alto el fuego de Hamás.
Tras reunirse con su cúpula de seguridad, incluido el ministro de Defensa, y que su Gobierno aprobara el cambio de denominación de la operación en Gaza –a partir de ahora «Guerra del Renacimiento»–, Netanyahu daba orden para actuar «con fuerza» en la Franja. Al final de la mañana, las fuerzas israelíes comenzaban a extender su respuesta al bombardear varios puntos de Gaza, desde Jan Yunis al entorno de Rafah, paso fronterizo entre el territorio palestino y Egipto, hasta Yabalia, en el norte, pasando por el campamento de Nuseirat, en el centro. El titular de Defensa, Israel Katz, avisaba de que Hamás «va a aprender por las malas».
A media tarde del domingo, la agencia de noticias palestina Safa informaba de al menos cinco muertos en un ataque israelí contra una cafetería en la ciudad de Deir al Balá, en el centro de la Franja. Antes del incidente de Rafah, fuentes palestinas denunciaron dos muertos en Yabalia, a los que el Ejército israelí describió como presuntos milicianos de Hamás que habían atravesado la línea amarilla que delimita las posiciones israelíes tras el alto el fuego. En un comunicado emitido a última hora de la tarde, la organización terrorista elevaba a 14 los muertos certificados en los hospitales de la Franja entre las doce del mediodía y las cinco y media de la tarde.
A pesar de lo ocurrido en la mañana de ayer, en un comunicado publicado en el medio Filastín, Hamás afirmaba su «pleno compromiso con la implementación de todo lo acordado, en particular el alto el fuego en toda la Franja de Gaza. No tenemos conocimiento de ningún incidente o enfrentamiento en la zona de Rafah».
Según la organización terrorista, el lugar del ataque «es una zona roja bajo control de la ocupación, y el contacto con nuestros grupos restantes allí ha sido cortado desde que la guerra se reanudó en marzo de este año». «No tenemos información sobre si fueron martirizados o si siguen vivos desde esa fecha. Por lo tanto, no tenemos conexión con ningún suceso ocurrido en esas zonas y no podemos comunicarnos con ninguno de nuestros combatientes allí si alguno de ellos sigue vivo», concluía.
Desde Hamás se denunció ayer que Israel ha llevado a cabo un total de 47 violaciones del alto el fuego, dejando un balance de 38 muertos y 143 heridos. «Estas violaciones incluyen desde disparos directos a civiles hasta detenciones de civiles pasando por bombardeos», reportaba la oficina de información del Gobierno de la Franja, en manos de la organización terrorista.
Rafah, cerrado «sine die»
Entretanto, las autoridades israelíes confirmaban ayer que el paso de Rafah permanecerá cerrado hasta nuevo aviso a pesar de que la primera fase del alto el fuego contempla el incremento de la entrada de ayuda humanitaria para la población de Gaza. Ya el pasado martes, el Gobierno israelí anunciaba que Rafah permanecería cerrado tras acusar a Hamás de haber incumplido lo acordado en relación al intercambio de los cuerpos de los rehenes fallecidos en su cautiverio en la Franja.
El cruce de fuego de este domingo, con una operación israelí de gran envergadura de camino, representa la mayor escalada desde que las dos partes dieran su aprobación definitiva a la primera fase del plan de paz presentado por el presidente estadounidense Donald Trump. Desde el ala más dura del gabinete israelí se instaba al primer ministro más dureza. Fue el caso del titular de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, que pedía el regreso de las operaciones militares contra Hamás en Gaza con «toda la fuerza». «La alucinación de que Hamás cambiaría o respetaría el acuerdo firmado está convirtiéndose, como esperábamos, en un peligro para nuestra seguridad», aseguraba el ministro israelí el domingo.
Apenas una semana después de la firma solemne del plan de Donald Trump entre los países mediadores y Estados Unidos, enormes son los retos que afronta Gaza y la región, empezando por el mantenimiento del alto el fuego entre Hamás e Israel –más precario que nunca– hasta el desarme de la organización terrorista, pasando por la fórmula de gobierno de un territorio arrasado cuya población ha perdido prácticamente todo. El domingo, el presidente estadounidense admitía no contemplar aún una fecha límite para el desarme de Hamás. «Es una especie de línea de tiempo que me estoy marcando yo, pero si en un momento dado no hacen lo que tienen que hacer (…) lo haré yo por ellos», avisaba el mandatario estadounidense en una entrevista con una televisión de su país.