Atentado al sueño olímpico

Es la gran apuesta de Putin para mostrar las grandezas de Rusia. Sin embargo, en los últimos meses, los Juegos Olímpicos de Sochi se han convertido en su mayor dolor de cabeza. Desde la amenaza de Doku Umarov, uno de los líderes de la insurgencia islamista en las repúblicas del Cáucaso ruso, para boicotear estos «juegos satánicos», hasta el rechazo internacional por sus leyes antihomosexuales, sin olvidar el excesivo gasto que ha requerido su organización, para la que se destinarán más de 37.00 millones de euros. Se estima que 3.000 millones de personas seguirán el evento en todo el mundo, 60.000obreros han trabajado en las infraestructuras y 25.000 voluntarios trabajarán durante la cita deportiva de invierno.