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Aysha Frade, la española fallecida en el Puente de Westminster
Fue atropellada por el terrorista tras salir de su trabajo en el DLD College.
Aysha Frade, madre de dos niñas, tiene sus orígenes en el municipio coruñés de Betanzos y fue atropellada por el terrorista en el puente de Westminster tras salir de su trabajo en el DLD College.
El rumor de que una «paisana» suya había resultado herida en el atentado de Londres comenzó a correr por la localidad gallega de Betanzos durante la noche del miércoles. Pronto, la noticia se confirmaba e incluso resultaba fatal. Aysha había muerto. La conmoción fue enorme, sus familiares, que residen en este municipio de poco más de 13.000 personas no terminaban de creérselo. Las autoridades británicas sentenciaron: Aysha Frades, de 43 años, era la primera víctima identificada. Había nacido en Londres, al igual que sus dos hermanas, Silvia y Michelle, pero a diferencia de estas dos, que regresaron a Betanzos, Aysha prefirió quedarse en la capital británica. Allí conoció a John, su esposo y trabajador de Citibank, y tuvieron dos hijas. Frades, que trabajaba como profesora de español en el DLD College London, iba cada día a buscar a sus pequeñas a casa de su madre, donde la esperaban tras salir del colegio.
Su centro de trabajo se encontraba frente a Westminster. Su madre, Mari Carmen Caldelas, en la otra orilla del Támesis. Pasadas las dos de la tarde del miércoles cruzaba como era costumbre el puente cuando el terrorista Jalid Masud la arrolló a bordo de un todoterreno. Su cuerpo fue lanzado contra un autobús que la aplastó. Su imagen bajo las ruedas del vehículo rojo dio la vuelta al mundo. En Betanzos no querían verla. Allí, a pocos metros del Parlamento británico, sus sueños y proyectos de futuro llegaban a su fin. «Es horrible, un golpe tremendo. Era mi sobrina, yo cuidaba a sus hijas cuando venían en verano al pueblo», dice con la voz entrecortada Ana, la prima de la madre de Aysha a la que siempre consideró, como a Silvia y Michelle, su sobrina. «Fue Silvia la que me llamó, me dijo que habían encontrado documentos de su hermana en el lugar del ataque, pero que no sabían si estaba viva o muerta. Todavía guardábamos esperanza de que al menos hubiera podido lanzarse al río para salvarse. Pero no, luego nos confirmaron su muerte. No nos resistíamos a pensar que era cierto. Queríamos que fuera un error», confiesa. Las dos hermanas cogieron un avión rumbo a Londres a las cinco de la mañana. Querían estar junto a sus padres y la familia de Aysha.
Mari Carmen, la madre de la fallecida, migró de Betanzos a la City hace más de 60 años, allí conoció a un chipriota y se instaló en la capital, donde nacerían más tarde sus tres hijas que obtendrían la doble nacionalidad. Sin embargo, nunca olvidaron sus raíces. «Venían a las fiestas estivales, normalmente pasaban aquí julio y agosto. Era una mujer tan alegre... Era feliz, extrovertida, un encanto. Traía la alegría», recuerda su tía Ana, que añade que «cosas así piensas que nunca te pueden pasar a ti». Ahora, Aysha estaba muy ilusionada porque su hija pequeña, de 8 años, iba a hacer la comunión. «Estaba en plenos preparativos de la ceremonia», apostilla su tía.
En el pueblo eran una familia muy apreciada y así lo recuerda el alcalde de Betanzos, Ramón García, quien no duda en señalar que están todos «sobrecogidos» y que han decretado tres días de luto oficial. La bandera ya cuelga a media asta. «Varios funcionarios y vecinos me han enseñado fotos de ellos con Aysha, no podían creer lo que había ocurrido. Era una mujer muy afable, rigurosa y trabajadora», afirma. Sus hermanas regentan una academia de inglés, Notting Hill, en Betanzos, «con muy buena reputación», matiza el alcalde, y por eso eran muy conocidas en la localidad. «He podido dar mi pésame a algunos de sus familiares, pero tampoco quiero molestarles, son momentos muy duros», expresa el regidor.
«No puedo describir cómo está mi primo. Su vida se ha desmoronado por completo», aseguraba John, primo del esposo de Aysha que lleva el mismo nombre, a «The Daily Mail». John es portugués de segunda generación, y una compañera de trabajo con la que contactó LA RAZÓN aseguró que atravesaban un momento dulce por su reciente ascenso en Citibank. «Se lo merece, es un gran compañero, una buenísima persona. Es una injusticia lo que le ha ocurrido». «Estaban muy unidos, a él le encantaba venir a Betanzos. John fue quien avisó a la familia. Su vida se ha roto», lamenta Ana.
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