Bowe Bergdahl, cuatro años en manos de los insurgentes

Sólo tenía 23 años cuando el soldado Bowe Bergdahl cayó en manos de los talibanes en Afganistán. El sargento estadounidense fue capturado el 30 de junio de 2009 en Paktika, una provincia del este, cerca de la frontera con Pakistán. A las dos semanas de cautiverio, los insurgentes mostraron un vídeo en el que Bowe, rapado, con barba y con el atuendo típico afgano, narraba asustado cómo le secuestraron los talibanes. Bergdahl tiene ahora 27 años y se ha convertido en una de las premisas para que los insurgentes se sienten a la mesa de las negociaciones directas con Estados Unidos. No es la primera vez que lo usan de moneda de cambio. En 2010, Al Qaeda anunció que si no liberaban al científico paquistaní acusado de ser uno de los «cerebros» del 11-S, matarían a Bergdahl. Su familia, que reside en Hailey, Idaho, ha temido muchas veces por el joven soldado. Las pruebas de vida han llegado con cuentagotas, a través de vídeos difundidos como propaganda talibán (incluso en uno de ellos Bergdahl criticaba a Obama), y aunque dan las gracias por el apoyo recibido, el Gobierno de Estados Unidos siempre ha dado un perfil bajo al caso de Bowe.

No es para menos, ya que se trata del único estadounidense en manos de los talibanes. El mes pasado, la familia recibió en Idaho una carta del sargento secuestrado. Sus padres, Bob y Jani Bergdahl, explicaron que la Cruz Roja Internacional les entregó la misiva, lo que les da esperanza de que su hijo está «tan bien como se puede esperar que esté bajo estas circunstancias». Por prudencia, sus padres no hicieron público el contenido de la carta, pero les alivió y le dio esperanzas. Hace quince días, los Bergdahl agradecieron a la Cruz Roja su ayuda y apoyo y renovaron sus súplicas a sus captores para que le liberen. Ayer, desde la oficina talibán en Doha, su portavoz, Shaheen Suhail, reconoció a AP que el sargento estadounidense, «hasta donde yo sé, se encuentra en buen estado». Según distintas fuentes, Bergdahl estaría retenido en Pakistán.