Reino Unido
Cameron defiende su gestión económica en el único debate televisado con Miliband
El primer ministro británico, el conservador David Cameron, defendió hoy la gestión económica de su Gobierno en el único debate televisado antes de las elecciones generales del 7 de mayo junto al líder de la oposición, el laborista Ed Miliband.
Ante la negativa del político “tory” a celebrar un cara a cara con Miliband, el único candidato con posibilidades de sucederle en Downing Street, otras cinco formaciones fueron invitadas al debate organizado por la cadena privada ITV -el Partido Liberaldemócrata, el Particio Nacionalista Escocés (SNP), el populista UKIP, el Partido Verde y el galés Plaid Cymru-.
Según un sondeo publicado minutos después del debate por la firma YouGov, los partidos minoritarios eclipsaron a los dos principales: la independentista escocesa Nicola Sturgeon fue en ese estudio la mejor valorada para el 28,1 % de la audiencia y el eurófobo Nigel Farage para el 20,3 %.
Otra encuesta, firmada por ICM, dio en cambio la victoria al líder laborista por un estrecho margen (25 % para Miliband frente al 24 % Cameron), un resultado similar al que predicen la mayoría de encuestas de cara a los comicios.
Cameron se esforzó por dar valor a las medidas económicas que ha tomado su Gobierno, que cierra la legislatura con una previsión de crecimiento del 2,5 % para 2015.
“Hace cinco años este país estaba roto, con millones de desempleados y un déficit insostenible. En 2014 fuimos el país occidental con mayor crecimiento y hemos demostrado que aquellos que pronosticaban la destrucción de los servicios públicos se equivocaban. No volvamos al pasado”, pidió Cameron.
El conservador recalcó además su intención de “controlar” la inmigración proveniente de la Unión Europea (UE) y adelantó que los ciudadanos comunitarios que no encuentren un trabajo en seis meses estarán obligados a “volver a casa”.
El auge del populista UKIP, que aspira a colocarse como tercera fuerza en número de votos con cerca del 13 % de los sufragios, ha obligado a la mayoría de los partidos a afilar sus posiciones en cuanto a inmigración.
En ese contexto, Miliband admitió que ha variado la visión tradicional del laborismo sobre la llegada de extranjeros al Reino Unido porque considera “legítimo que los ciudadanos estén preocupados” y anunció que bajo su Gobierno los inmigrantes verán reducido su acceso a las prestaciones sociales.
El laborista trató de llevar su discurso hacia la sanidad, uno de sus principales caballos de batalla en esta campaña, e insistió en su plan para “rescatar” el sistema público de salud contratando a miles de médicos y enfermeras, una medida que piensa financiar con nuevas cargas sobre el tabaco y las viviendas de lujo.
Miliband, en el centro del escenario por sorteo, aprovechó algunos de sus turnos de palabra para interpelar directamente a Cameron, al que acusó de debilidad a la hora de cobrar impuestos a las grandes empresas y fondos de inversión.
El primer ministro se defendió desde el extremo derecho de la escena: “Lo que quieren los laboristas es subir los impuestos y recortar vuestros salarios, porque creen que saben gastar vuestro dinero mejor que vosotros mismos”, afirmó.
Cameron reiteró asimismo su compromiso para “renegociar” la relación del Reino Unido con la UE y convocar después un referéndum sobre la pertenencia al bloque comunitario, un plan que Nigel Farage, líder del UKIP, consideró insuficiente.
“Debemos tomar de nuevo el control de nuestras fronteras y dejar de depender de Europa para poder elegir la cantidad y la calidad las de personas que llegan”, dijo.
Por parte del SNP, Sturgeon centró sus argumentos en el “fin de la política bipartidista en Westminster”, lo que a sus ojos quedaba reflejado hoy por la pluralidad de candidatos en el debate más relevante de la campaña electoral.
Las encuestas prevén un resultado ajustado entre laboristas y conservadores que no otorgará a ninguno una mayoría suficiente para gobernar en solitario, por lo que los independentistas escoceses aspiran a condicionar un eventual Gobierno laborista en minoría.
“Éste es mi mensaje para los ciudadanos ingleses, galeses y norirlandeses: Si queréis defenderos contra la privatización de la sanidad pública, seremos vuestros aliados”, dijo Sturgeon.
Nick Clegg, el líder liberaldemócrata, jugaba hoy por su parte una de sus últimas cartas para tratar de evitar una “debacle” electoral en la que su partido puede perder cerca de la mitad de sus escaños (de 57 a unos 28) y él mismo puede quedar fuera del Parlamento.
El actual viceprimer ministro de la coalición con los conservadores se comprometió a favorecer el equilibrio político desde una posición centrada: “Recortaremos menos que los conservadores y pediremos menos dinero prestado que los laboristas”, sostuvo. Guillermo Ximenis/EFE
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