Pekín
Cazas chinos siguen a los aviones de Japón y EE UU en el mar Oriental
La escalada de tensión entre China y Japón, lejos de suavizarse, aumenta conforme pasan los días. Por un lado, se va elevando el tono tanto de los miembros del Gobierno de los estados asiáticos como en los medios de comunicación de los países implicados. Por otro, se hacen demostraciones de fuerza por aire y mar. Además, Corea del Sur, Taiwán, Estados Unidos y Australia tienen algo que decir en este conflicto. La contienda diplomática no ha hecho más que empezar. Aunque el mar de China Oriental ha sido el escenario de históricas trifulcas, esta vez todo ha empezado porque China decidió el sábado aumentar su zona defensiva de identificación aérea (ADIZ, por sus siglas en inglés). La redibujó a su antojo y precisamente cubrió parte de la ya delimitada por Japón. Uno de los argumentos esgrimidos desde Tokio –que ellos establecieron su ADIZ en 1969– no es válido para Pekín. «El principio de ''el primero en el tiempo, primero en derecho'' no se debería aplicar en las ADIZ», señala a la agencia oficial Xinhua el experto militar Chai Lidan, para quien una superposición de la zona aérea entre vecinos es «inevitable». Pero a gobiernos como el surcoreano o el japonés no les ha gustado nada las pretensiones del gigante asiático, y mucho menos que China alargue tanto su ADIZ, pues está demasiado cerca de su territorio nacional o incluso sobre él. En los mapas aparecen las islas cuya soberanía depende de la nacionalidad del cartógrafo, pues se las disputan China, Japón y Taiwán. «Son naciones muy patrióticas. Más aún por el protagonismo que toman las disputas marítimas entre el ciudadano medio de estos países», explica a LA RAZÓN el experto en seguridad en el este asiático James Manicom. «Esto hace muy difícil que los Gobiernos cedan», advierte, y se refleja en los medios, que han utilizado una jerga muy belicista. En la Prensa china se pueden leer titulares como «EE UU, Corea del Sur y Japón nos desafían». Incluso ayer se publicó en el «Global Times», el diario oficial, que «puede que una batalla se libre entre China y Japón de forma inminente. Se espera que un devoto aliado de Tokio, Washington, se abstenga de enfrentarse directamente a Pekín en el Mar de China Oriental. Seúl y Canberra sólo están metiendo baza». El editorial va más allá: «Debemos llevar a cabo tácticas defensivas sin vacilaciones contra Japón si reta la nueva ADIZ. Si Tokio vuela sobre la zona, estaremos obligados a mandar nuestros aviones a su ADIZ».
Y estas palabras no se quedaron en pura propaganda. Horas después, el Ejército chino reconoció que un portaaviones –escoltado por dos destructores y dos fragatas– había cruzado la zona para una «misión de entrenamiento». Desde Tokio, el primer ministro, Shinzo Abe, contestó afirmando que Japón «responderá de manera firme pero calmada». También ayer, las Fuerzas Aéreas del Ejército Popular de Liberación chino enviaron a dos cazas a «verificar la identidad» de las aeronaves que habían entrado en la zona el jueves e informó de que habían sido dos aviones estadounidenses y diez japoneses. Las autoridades de EE UU, Japón y Corea del Sur admiten haberse saltado la nueva ADIZ china y haber volado sin identificarse. Incluso Seúl valora ahora aumentar su zona de defensa aérea.
✕
Accede a tu cuenta para comentar