Elecciones en Estados Unidos

Clases de Inteligencia para Trump

El candidato de facto del partido Republicano comenzará, en cuestión de semanas, a recibir cursos sobre la geoestrategia de Estados Unidos. Miembros de instituciones como la CIA temen el uso que pueda hacer el magnate de estas informaciones

Donald Trump
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El candidato de facto del partido Republicano comenzará, en cuestión de semanas, a recibir cursos sobre la geoestrategia de Estados Unidos (EE UU). Miembros de instituciones como la CIA temen el uso que pueda hacer el magnate de estas informaciones.

Es tradición que, a instancias de la Casa Blanca, los candidatos de los partidos Republicano y Demócrata tengan acceso a ciertos secretos de Estado como preparación a su salto al Despacho Oval. Habitualmente, aunque no siempre, la Casa Blanca espera a que sean oficialmente declarados candidatos en las convenciones de cada formación. Eso significa que Donald Trump va a empezar a recibir en cuestión de semanas información clasificada sobre la geoestrategia estadounidense y ya hay quienes no lo consideran una buena idea.

Uno de los que ha alzado la voz ha sido Aki Peritz, antiguo analista de la CIA. Dedicó una columna (y varias entrevistas) a tratar este tema: no se sabe cómo se va a comportar Trump, una vez tenga acceso a información confidencial, y eso es lo que resulta más inquietante.

Pero, ¿en qué consistiría exactamente este curso rápido de inteligencia que se espera que Trump reciba, una vez sea declarado el nominado oficial del partido republicano en la convención de julio? Tal y como explica a LA RAZÓN Jacob Parakilas, director del Programa de Estados Unidos y América para CHATHAM House, es un “resumen de lo que las instituciones de inteligencia más importantes del país perciben como las mayores amenazas para Estados Unidos (EE UU) a nivel global, combinado con apuntes sobre las acciones que se han llevado a cabo al respecto. La mayoría están a disposición de todo el público. Ciertos datos, no obstante, están clasificados”.

Los cursos rápidos de inteligencia son una rutina impulsada por Harry Truman en 1952, probablemente debido a que tuvo poco tiempo para aclimatarse a su nueva posición tras tener que asumió la presidencia tras la muerte repentina de Franklin D. Roosevelt, su predecesor, tras 82 días de legislatura. Desde entonces, estas sesiones informativas se repiten cada vez que se celebran elecciones. Los dos candidatos de los partidos mayoritarios reciben el mismo “briefing”, sin importar que uno u otro tengan más o menos experiencia en el Gobierno.

Hillary tampoco se salva

Al otro lado esta Hillary Clinton, la que poco a poco se va postulando como la candidata del Partido Demócrata. Si bien tiene más experiencia con temas gubernamentales que Trump, tampoco tiene la mejor fama en lo que concierne a guardar secretos. Después de todo, hace unos meses se vio rodeada de un gran escándalo a raíz del hecho de que, mientras era Secretaria de Estado, había mantenido como correo de contacto su propio email privado. Un error que ha sido cometido por más Secretarios de Estado, recalca Parakilas, recordando el caso de Colin L. Powell, que ejerció este cargo para George W. Bush.

“Creo que la comunidad de inteligencia americana se encontraría más cómoda con Clinton, simplemente porque ha ocupado un puesto en el gobierno antes”, al contrario que Trump, que, además “ha expresado teorías conspirativas”, aclara a LA RAZÓN Jacob Parakilas.

James Clapper, el director de Inteligencia Nacional, se muestra magnánimo. Recientemente, le ha comunicado a la prensa que en estos cursillos rápidos “se cumplen todos los requisitos en lo que concierne a la protección de fuentes y de métodos así como a las normas de seguridad”. La realidad es que, una vez se ha dado a los candidatos la información, no hay ningún protocolo de seguridad contra filtraciones que pueda ser aplicado y que, cómo dice Parakilas, “no es que Trump tenga demasiados remilgos a la hora de aprovecharse de información que él considera que le va a beneficiar”.