Elecciones en Venezuela
El chavismo pone otra trampa a la oposición
En medio de las trabas del Gobierno y el Consejo Nacional Electoral a los candidatos opositores, los venezolanos se debaten entre no legitimar al régimen en los comicios regionales de hoy o acudir a votar por los gobernadores de la MUD y cambiar el mapa político.
En medio de las trabas del Gobierno y el Consejo Nacional Electoral a los candidatos opositores, los venezolanos se debaten entre no legitimar al régimen en los comicios regionales de hoy o acudir a votar por los gobernadores de la MUD y cambiar el mapa político.
Hace tres meses las calles de Venezuela vivían una feroz protesta ciudadana y una brutal represión por parte del Gobierno de Nicolás Maduro. Hoy, después de pasar por una aparente calma, se van a celebrar elecciones de gobernadores en un ambiente que no puede ser calificado, precisamente, de «fiesta de la democracia». El Ejecutivo venezolano, con apoyo del Consejo Nacional Electoral (CNE), propicia un escenario de ventajismo para los candidatos chavistas. Reubicaron a más de 700.000 electores en centros lejos de sus zonas de residencia, no permitieron la sustitución de candidaturas en el tarjetón electoral, chantajean a quienes reciben beneficios económicos por parte de Maduro y amenazan con desconocer a los mandatarios opositores que resulten electos y que no se subordinen a la polémica Asamblea Constituyente.
Todo está listo para unas elecciones que, de acuerdo al comando de campaña de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), se dan en «las peores condiciones», pero con la certeza de que será un triunfo para la oposición y una forma más de protesta ante Venezuela y el mundo. «Maduro no quiere que la gente vote. Dejen que el pueblo vote, que la gente se exprese. Abundan las irregularidades y los obstáculos. Lo que quieren las rectoras del CNE es que la gente ni se mueva. Pedimos que este voto se transforme en rebeldía y sepan que no nos van a afectar porque somos mayoría. Este proceso no lo convocó ni la Asamblea Nacional Constituyente ni Maduro. Los actores de este proceso somos los venezolanos», dijo Gerardo Blyde, jefe de campaña de la oposición.
En un país que de por sí ya está polarizado, en esta contienda electoral los ciudadanos se dividen entre los que sí van a votar, los que no, los que lo harán por el chavismo y los que van por la oposición. Para unos el voto es protesta, para otros es la convalidación de los atropellos y abusos que comete el Gobierno bolivariano y para un grupo es el respaldo que le dan al Gobierno.
Los estudios de opinión arrojan que la participación puede ser alta, entre un 55% y un 62%, y firmas de inversión como Torino Capital dan como posible vencedora a la oposición en una correlación de 15 gobernaciones frente a ocho que obtendría el chavismo. Esto cambiaría el mapa político actual, donde el chavismo ostenta 20 de las 23 gobernaciones. Pasaría del rojo, que identifica al oficialismo, al azul que define a la oposición.
La inseguridad, el alto costo de la vida y la difícil situación política son las principales razones de María Isabel de Ornelas para salir a votar hoy por la opción de la oposición. Tiene 65 años, vende frutas y verduras en un mercado municipal y revela que apenas le alcanza para subsistir junto a su familia. «Quiero un cambio, estoy cansada de esta situación. Ojalá haya una luz a lo lejos. No conozco a los candidatos de otros lados y aunque creo que la oposición lo tiene cuesta arriba, igual voy a votar por Carlos Ocariz. Vamos en picado y el voto es la solución. Estamos hartos del chavismo, el madurismo o lo que sea. Con ellos no hay solución», sentencia De Ornelas.
Por su parte, Carlos Damas Ortega tiene 27 años, es votante de la populosa zona de Barlovento en el estado de Miranda. Trabaja para una empresa de cacao del Gobierno y es beneficiario de la «Misión Ribas», tal como lo indica la camiseta roja que luce al ir a su lugar de trabajo. Va a votar y dice que su principal motivación es la de un cambio de gobierno en el estado donde vive. Porque allí, en Miranda, manda desde hace nueve años la oposición con Henrique Capriles Radonski a la cabeza. «Voy a votar por que la Revolución recupere este país de una buena vez, va a cambiar a Venezuela completa. El pueblo es el que tiene que decidir y voy por el chavismo, porque Héctor Rodríguez (candidato del PSUV) va a hacer posibles los cambios», puntualiza a LA RAZÓN.
Mientras, Alejandro Aure, de 54 años, médico cirujano e identificado con la oposición, está decidido a no votar en las elecciones de hoy. Aure explica a este periódico que sus amigos y sus vecinos le han preguntado y hasta cuestionado por qué ha decidido no participar. «Si partimos de la premisa de que las dictaduras salen con votos, para mí esto no es así. La oposición venezolana entregó espacios de lucha a nivel de la Asamblea Nacional; debieron nombrar magistrados del Tribunal Supremo de Justicia y rectores del Consejo Nacional Electoral, tenían pendiente averiguar sobre la nacionalidad de Maduro y todo quedó en declaraciones a los medios de comunicación. Después de las protestas, entre abril y julio de este año, se logró que el mundo se diera cuenta de lo que estaba ocurriendo aquí en Venezuela y la respuesta de la dirigencia opositora fue convalidar todo eso con estas regionales. Para mí no es razón de abstenerme por todo lo que está haciendo el CNE o por quiénes son los candidatos. El detalle es con este acto electoral se está convalidando a un régimen que no es democrático», asevera.
La oposición dice estar preparada para dar respuesta a todos los escenarios posibles después de las elecciones. Liliana Ortega, coordinadora electoral de la MUD, dio a conocer a este periódico que ayudarán a movilizar a los electores, que estarán pendientes de que el CNE no cante fraude y que están blindados en todos los puntos del país para que los votos se den a quien corresponda. «Vamos a jugar y vamos a cobrar», sentenció.
También ayer, la ex fiscal general de Venezuela Luisa Ortega defendió el voto, con el argumento de que es un «derecho» de los ciudadanos y de que los comicios «no legitimarán» a la Asamblea Nacional Constituyente. Asimismo, Ortega difundió un vídeo en el que Euzenando Prazeres de Azevedo, ex presidente de Odebrecht en Venezuela, aseguraba que financió la campaña del chavista Diosdado Cabello en las regionales de 2008, en las que aspiraba a ser gobernador del estado de Miranda.
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