Libros
El coche en el que murió Lady Di estaba averiado
Un libro que sale a la venta hoy en Francia revela nuevos datos sobre el accidente
Un libro que sale a la venta hoy en Francia revela nuevos datos sobre el accidente que costó la vida a Lady Di.
Mucho se ha escrito sobre la muerte en accidente de coche en París de Lady Di y su novio Dodi Al-Fayed el 31 de agosto de 1997. Rápidamente se especuló con todo tipo de teorías: accidente, conspiración, atentado... La investigación probó la responsabilidad del chófer del vehículo debido a la tasa de alcohol encontrada en su sangre y al exceso de velocidad con el que conducía. Ahora, veinte años después, tres periodistas de Paris-Match recogen su propia investigación en un libro titulado: «Qui a tué Lady Di» («¿Quién ha matado a Lady Di?»), que sale a la venta hoy en Francia.
Pascal Rostain, Bruno Mouron y Jean-Michel Caradec’h han contactado con el antiguo propietario del coche en el que perdió la vida la princesa de Gales, un Mercedes-Benz S280. «Era un desastre, un coche que ya había sufrido un accidente, que había dado varias vueltas de campana, y que se mandó al desguace, donde se autorizó reparar». Eso cuenta a los periodistas el antiguo conductor que explica que este coche del Ritz era un desastre, jamás debió volver a las carreteras». Además explica que uno de sus amigos que se marchó del Ritz tras conducir ese mismo coche durante un año le dijo al director del hotel: «Hay que deshacerse de ese coche. A partir de los 60 Km/h no se puede controlar».
Hay que recordar que el Ritz es propiedad de Mohamed Al-Fayed, padre de la pareja de Lady Di, quien se ha gastado millones en investigaciones paralelas.
En cualquier caso, según esta investigación periodística, el estado del vehículo no le resta responsabilidad a Henri Paul, el chófer que perdió la vida en el mismo accidente que la perseguida pareja. Paul tomaba «dos medicamentos para la abstinencia del alcohol, tres antidepresivos, y tenía 1,81 gramos de alcohol en sangre. No tenía permiso para conducir ese tipo de coche», afirma Pascal Rostain.
¿Caso cerrado? Para estos tres reporteros sí.
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