Elecciones en Francia

El FN azuza el «Frexit» como principal baza electoral

La líder del Frente Nacional celebra su congreso en Lyon con el ultranacionalismo y el proteccionismo como ejes discursivos.

Seguidores frentistas pegan carteles de su líder a las puertas del congreso nacional en Lyon
Seguidores frentistas pegan carteles de su líder a las puertas del congreso nacional en Lyonlarazon

La líder del Frente Nacional celebra su congreso en Lyon con el ultranacionalismo y el proteccionismo como ejes discursivos.

El Frente Nacional (FN) celebra este fin de semana su congreso nacional en Lyon. Ayer presentaron las grandes orientaciones políticas del programa que defenderá su candidata a las presidenciales, Marine Le Pen. Son «144 compromisos presidenciales», unos más precisos que otros, éstos serán detallados a lo largo de la campaña presidencial, según ha indicado la líder del FN. El objetivo es «devolver su libertad a Francia y la palabra al pueblo», y realizar una «revolución de proximidad» democrática y económica. Le Pen presenta la elección presidencial como una opción entre dos visiones: «La opción mundialista» que busca «destruir nuestros grandes equilibrios económicos y sociales», «abolir todas las fronteras», «más inmigración y menos cohesión entre los franceses». Y «la opción patriota», encarnada por ella misma, y que busca «la protección de nuestra identidad nacional, nuestra independencia, la unidad de los franceses, la justicia social y la prosperidad de todos».

La líder del FN promete dos referendos desde el mismo momento de su elección. Uno, tras negociarlo con la UE, sobre la pertenencia a la misma para poder «recuperar» cuatro soberanías: monetaria, legislativa, territorial y económica. Y un segundo proponiendo la modificación de la Constitución para incluir el concepto de «prioridad nacional». A nivel institucional propone reducir el número de diputados y senadores, a 300 y 200, en lugar de 577 y 348 como son en la actualidad, aplicar un escrutinio proporcional generalizado, y suprimir varias divisiones territoriales, entre ellas las regiones. En el ámbito económico, Le Pen sigue queriendo el abandono del euro, aunque no lo nombra y prefiere hablar del «restablecimiento de una moneda nacional, palanca de nuestra competitividad y adaptada a nuestra economía».

Le Pen incide en el apoyo a las pequeñas y medianas empresas con la puesta en marcha de una oficina única dedicada a todos los papeleos administrativos, fiscales y social; y a los salarios bajos con la creación de «una prima de poder adquisitivo destinada a los salarios bajos y pequeñas jubilaciones». Entre las medidas económicas también figuran el volver a la jubilación a los 60 años con 40 años de cotización, y crear un impuesto adicional a todo contrato de un trabajador extranjero. También quiere proteger la producción francesa prohibiendo la importación y venta de productos procedentes del extranjero «que no respeten las normas impuestas al productor francés».

En el plano social, Le Pen ha renunciado a la abrogación de la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo y prefiere hablar de «sustituir disposiciones» de dicha ley. Tampoco habla ya del restablecimiento de la pena de muerte, pero apuesta por imponer penas de «perpetuidad real incompresible», crear 40.000 plazas nuevas de prisión y expulsar «de forma automática» a los criminales y delincuentes extranjeros. También quiere reducir la inmigración, y que Francia acoja cada año 10.000 personas y no 40.000, y negar la regularización a aquellos que hayan entrado en el país de forma ilegal.