Reino Unido
El Gobierno británico asegura que permanecer en la unión aduanera sería una «traición»
El Ejecutivo de Theresa May apuesta por un Brexit duro. Sin embargo, su plan se ha visto ahora amenazado por la oposición laborista
El Ejecutivo de Theresa May apuesta por un Brexit duro. Sin embargo, su plan se ha visto ahora amenazado por la oposición laborista.
El ministro de Comercio Internacional, Liam Fox, considerado como uno de los principales Brexiteers del Gobierno británico, aseguró ayer que permanecer en una unión aduanera con la UE sería una “completa traición” a los intereses del Reino Unido, pues le privaría de la posibilidad de negociar atractivos acuerdos con terceros una vez que el país esté fuera del bloque comunitario.
El Ejecutivo de Theresa May apuesta por un Brexit duro. Sin embargo, su plan se ha visto ahora amenazado por la oposición laborista, que podría apoyar una enmienda presentada por los tories rebeldes pro UE para dejar al país dentro de la unión aduanera, con el propósito de beneficiar el comercio y evitar una frontera dura en Irlanda del Norte.
“El precio inevitable de tratar de negociar con un brazo atado a la espalda es que seríamos menos atractivos para posibles socios comerciales y perderíamos muchas de las oportunidades que, de otra manera, estarían disponibles para nosotros”, aseguró Fox.
Su posición, sin embargo, generó las críticas de un exfuncionario de su propio ministerio, Martin Donnelly, quien comparó la idea del tory con “abandonar un menú de tres platos por la promesa de un paquete de patatas fritas”. Donnelly, que dejó el departamento hace un año, aseguró que el 60 % del comercio del Reino Unido se lleva a cabo con la UE o con los países que tienen acuerdos con el bloque europeo. “Uno tiene que ver la aritmética, me temo que no suma”, matizó.
El discurso de Fox forma parte de las distintas intervenciones que han realizado en los últimos días varios miembros del Gabinete, como estrategia del Ejecutivo para explicar su posición negociadora. El viernes será el turno de la propia May, quien expondrá su hoja de ruta, en una importante intervención a tan sólo días de que tenga lugar la cumbre comunitaria de marzo, donde Londres y Bruselas deberán pactar un acuerdo de transición.
Pese a que Downing Street quiere ampliar este plazo sine die hasta que las empresas se acomoden al nuevo escenario, el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, aseguró ayer que no es posible un periodo indeterminado. Bruselas quiere que termine el 31 de diciembre de 2020, al mismo tiempo que el marco financiero plurianual.
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