Egipto

El Gobierno islamista rechaza dimitir a pesar de la presión de la UGTT

El partido islamista tunecino Ennahda, que lidera del Gobierno de coalición del país, se ha negado a dimitir y ha asegurado que no dejará el poder hasta que la redacción de la nueva Constitución haya finalizado, una decisión que provocará la confrontación con la oposición laica, entre ellos el mayor sindicato del país, que pide su dimisión inmediata.

El sindicato más poderoso, la Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT), ha ejercido presión para que dimita el Gobierno islamista, al que acusan de retrasar durante tres semanas las conversaciones sobre la fecha de las próximas elecciones y la composición del próximo Gobierno provisional.

Sin embargo, Ennahda ha pedido este lunes más garantías sobre la fecha de las elecciones y ha asegurado que la Asamblea Constituyente sigue redactando la nueva constitución, un trabajo que terminará antes de que el Gobierno abandone el poder. "Hemos dicho que este Gobierno no dimitirá antes de que se complete la Constitución", ha asegurado un alto cargo de Ennahda, Rafik Abd Essalem.

Ante la falta de progreso, el UGTT --con más de 800.000 miembros-- amenazó con movilizarse este domingo en una serie de protestas para presionar al Gobierno para que aceptar la propuesta de dimisión y dejar así vía libre a un nuevo gabinete de transición.

"No podemos aceptar la amenaza de la presión de las calles", ha asegurado el vicepresidente de Ennahda, Adb el Hamid Jelassi. "Debe haber más garantías", ha añadido.

Túnez, cuyas revueltas de 2011 dieron notoriedad a lo que luego se conoció como la Primavera Arabe, se encuentra en un momento de estancamiento político tras el asesinato del líder de la oposición el pasado mes de julio, lo que ha amenazado una transición democrática que se veía como la más prometedora de la región.

Desde la caída del exdirigente autocrático, Zine al Abidine Ben Ali en 2011, Túnez se ha enfrentado a cada vez más divisiones sobre el papel político del Islam, con una oposición denunciando que Ennahda pretende islamizar una de las naciones más laicas del mundo árabe.

Tras el asesinato de dos líderes opositores laicos a manos de islamistas, Ennahda ha tenido que enfrentarse a una fuerte presión y

a las continuas protestas de una oposición envalentonada por los acontecimientos de Egipto, donde el Ejército ha derrocado a su primer presidente elegido democráticamente, el islamista Mohamed Mursi.