Política

Crisis en Egipto

El nuevo régimen egipcio acaba con los restos del Estado islamista

Mansur, el presidente interino, disuelve la Cámara alta del Parlamento

Soldados palestinos hacen guardia junto a un puesto fronterizo egipcio en el Sinaí
Soldados palestinos hacen guardia junto a un puesto fronterizo egipcio en el Sinaílarazon

El nuevo presidente interino de Egipto, Adly Mansur, ponía ayer en marcha la hoja de ruta diseñada por el Ejército y aprobada por las fuerzas políticas liberales y líderes religiosos, un día después de haber jurado el cargo. El juez Mansur emitió un decreto para disolver el Parlamento, o lo que queda de él: la Cámara baja fue disuelta en junio del año pasado, por orden del Tribunal Constitucional, aplicando directrices de la Junta militar que entonces dirigía el país. Ayer quedaba disuelto el único brazo que quedaba del poder legislativo, el Consejo de la Shura o Cámara alta del Parlamento, que estaba dominado en más del 70% por los islamistas. Asimismo, Mansur empezó a nombrar a sus consejeros: Mustafa Higazi, para asuntos políticos, y al constitucionalista Ali Euad, que será su asesor en cuestiones relacionadas con la Constitución.

También nombró a Mohamed Ahmed Farid como nuevo director de los servicios de inteligencia –la temida «mujabarat»–, cuyo control es fundamental para cualquier gobernante egipcio. Farid reemplaza a Mohamed Raafat Shehata, que había sido designado por Mursi hace poco y que ahora se convertirá en asesor de seguridad nacional del presidente transitorio.

Según la prensa local, Mansur empezará este mismo fin de semana las consultas para formar un nuevo gobierno de unidad nacional, que tendrá que ser encabezado por una figura de consenso pero compuesto principalmente por tecnócratas que ayuden a arreglar la desastrosa situación en la que se encuentra el país, sobre todo económica.

El grupo «tamarrud», que empezó el movimiento de protesta del 30 de junio, así como otras fuerzas opositoras habrían dado su apoyo al ex candidato presidencial y premio Nobel de la Paz Mohamed Al Baradei para que sea el nuevo jefe del Ejecutivo, aunque también se barajan los nombres de otras figuras más veteranas y consideradas más neutrales.

Ayer, el Frente de Salvación Nacional, que reúne a los principales partidos liberales y del que Al Baradei forma parte, pidió a sus seguidores que bajaran a las calles para «proteger los logros de la revolución del 30 de junio» y seguir manteniendo la presión hasta que «el procedimiento de la fase de transición se complete».

Mientras tanto, ayer continuó el goteo de reacciones internacionales. La Unión Europea dijo que «la hoja de ruta anunciada debe ser puesta en práctica y tener además unos plazos claros». La portavoz comunitaria de Exteriores, Maja Kocijancic, señaló en rueda de prensa que la UE ahora considera «clave» que Egipto «vuelva al proceso democrático», lo que incluye la celebración de elecciones presidenciales y parlamentarias y la aprobación de una Constitución, que ha quedado ahora suspendida por los militares.

El derrocamiento del presidente islamista Mohamed Mursi, elegido democráticamente en las urnas hace tan solo un año, está siendo recibido con cautela por las principales potencias de Occidente, donde el empleo de la palabra «golpe de Estado» podría conllevar sanciones. Mientras, la Unión Africana (UA) suspendió ayer a Egipto de la organización por considerar que se trata de un golpe contra la democracia.

La violencia llega al Sinaí

Las autoridades egipcias han impuesto el toque de queda en las localidades de Sheij Zuweid y Rafá, ambas ubicadas en la península del Sinaí cerca de la frontera con Israel. La decisión ha sido tomada apenas horas después de que al menos cinco agentes de la Policía egipcia fallecieran en la localidad de El Arish, ubicada en la península, tras ser tiroteados cuando se encontraban frente a un edificio gubernamental. El Ejército ha desplegado sus tropas en localidades del Sinaí y ha declarado el estado de emergencia en la zona y en la región del canal de Suez horas después de que salieran a la luz vídeos en los que grupos radicales amenazan con lanzar una guerra contra los militares.