Turquía

El PKK habla de desarme sin haber perdido su influencia entre los kurdos

La petición de paz y desarme hecha hoy por el líder del grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, llega tras dos años marcados por una actividad guerrillera constante y sangrienta, y sin haber perdido su prestigio entre la población kurda.

Distintas fuentes militares estiman que el PKK está formado por alrededor de 5.000 guerrilleros, que después de tres décadas de lucha armada siguen teniendo una buena imagen entre los alrededor de 12 millones de kurdos de Turquía.

Entre el gobierno persiste incluso el temor a que el anuncio del desarme aumente la influencia de la guerrilla y exacerbe los sentimientos nacionalistas kurdos hasta el punto de poner en riesgo las negociaciones.

De inspiración marxista-leninista, el PKK nació en 1978 de la mano de Öcalan, entonces un estudiante de Ciencias Políticas, y en 1984 inició la lucha armada con el objetivo de conseguir la independencia del Kurdistán turco.

Desde entonces, unas 45.000 personas -en su mayoría kurdos- han muerto en un conflicto que ha dejado decenas de miles de aldeas destruidas y cientos de miles de desplazados en el sureste del país eurasiático.

Turquía, que como EEUU y la UE considera al PKK una organización terrorista, ha rechazado varias veces treguas unilaterales de la guerrilla y ambas partes han continuado una guerra sin cuartel.

La cúpula guerrillera mantiene sus bases en los montes Kandil, en el Kurdistán autónomo iraquí, y su máximo responsable militar, aunque subordinado a Öcalan, es Murat Karayilan.

Ankara ha atacado estas bases reiteradamente, tanto invadiendo la zona como, más frecuentemente, con bombardeos aéreos, pero ello no ha frenado las operaciones del PKK en el sureste de Turquía.

En la última década, la actividad del PKK se ha limitado a ataques contra militares y policías.

En 2011, la guerrilla también retomó los secuestros de civiles, sobre todo maestros de colegio, pero la gran mayoría ha sido liberada al cabo de días o semanas.

Las reivindicaciones independentistas del PKK fueron modificadas por las de una fuerte autonomía, una amnistía para los miles de presos y la posibilidad de participar en la vida política tras los años 90, los más duros de la confrontación.

Aunque no se ha dado a conocer una lista concreta de exigencias, activistas destacados ya han descartado cualquier tipo de frontera y centran sus reivindicaciones en los derechos de los kurdos como ciudadanos de Turquía, sobre todo en el uso de la lengua.

Hablar kurdo se consideraba poco menos que un acto terrorista durante los años noventa, algo que cambió en 2009 con la emisión de programas kurdos en la televisión estatal, la oferta del kurdo como materia optativa en el colegio, en septiembre pasado, y el reciente anuncio de legalizarse el uso del idioma materno en los juzgados.

Pero los defensores de la causa ven imprescindible que los niños puedan escolarizarse desde el principio en kurdo, algo que para un gran sector de la población turca rompería una de las bases de la nación turca, entendida como un concepto casi étnico.

El Partido Paz y Democracia (BDP), defensor de la causa kurda y a menudo acusado de ser el brazo político del PKK, pide ahora "Libertad para Öcalan y un Estatuto Kurdo".

La primera reivindicación no va a poder atenderse en el futuro próximo, dada la condena a cadena perpetua de Öcalan, y en la segunda, todo queda por negociar.

El próximo paso de la guerrilla sería su retirada de Turquía antes de junio, lo que efectivamente pondría fin al conflicto, pero no está claro aún cuál será el paso correspondiente del Gobierno.