Política

Agitación civil

El sectarismo se extiende por el país

La Razón
La RazónLa Razón

La ira encendió ayer todo Egipto, que volvió a ser escenario de violentos enfrentamientos entre los seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi y sus detractores, al lado de las Fuerzas de Seguridad y del Ejército. En en Delta del Nilo, en la ciudad de Damietta, al menos ocho personas fallecieron en enfrentamientos entre civiles, al igual que en Ismailiya, localidad situada en el Canal de Suez. Poco más al norte, en Port Said, cinco personas perdieron la vida y 66 resultaron heridas durante el asalto a una comisaría. Esa ciudad y la zona del canal siempre son especialmente calientes. En Alejandría, la segunda ciudad de Egipto, también hubo manifestaciones y enfrentamientos, 10 personas podrían haber muerto, aunque no está confirmado. Los manifestantes islamistas bajaron a la calle también en la localidad turística de Hurghada, en el sur de Egipto, mientras que la península del Sinaí se mantuvo relativamente en calma un día después de que fuera levantado el toque de queda para que no afecte al turismo, ya muy dañado por las actuales circunstancias. Los asaltos a las comisarías de Policía y otros símbolos del poder prosiguieron ayer en todo Egipto, de norte a sur, así como los ataques contra las iglesias y propiedades de la minoría cristiana (cerca del 10% de la población) que se cuentan ya por decenas. El grupo «Tamarrud» (rebelión), que estuvo detrás del movimiento de protesta contra Mursi, ha pedido a los egipcios que ayuden a proteger los templos cristianos, mientras que ambos bandos se acusan mutuamente de instrumentalizar el conflicto sectario, que siempre ha sido uno de los talones de Aquiles de Egipto. La tensión es especialmente elevada en el sur de Egipto, en el valle del Nilo, donde la violencia sectaria tiene un largo y negro historial. Más de 250 personas fueron arrestadas en todo el país, según la agencia oficial de noticias MENA, que al cierre de esta edición no ofrecía una cifra global de muertos, mientras la violencia remitía.