Tailandia
El tailandés que planta cara a Starbucks
El propietario de un puesto ambulante de café en Bangkok, dispuesto a litigar con la multinacional Starbucks, que le acusa de copiarle el logotipo.
Damrong Maslae, propietario de un puesto ambulante de café y otros brebajes locales en Bangkok, está dispuesto a litigar en los tribunales con la multinacional Starbucks, que le acusa de copiarle el logotipo.
"Starbung Coffee", como se llama el tenderete que regenta Damrong desde hace casi tres años, utiliza un emblema redondo de color verde y letras blancas, con dos estrellas acompañada por una medialuna a los lados y en el centro la esfinge de un musulmán que sirve café sobre un fondo negro.
"El logotipo lo creó para mí un amigo utilizando mi apodo, 'Bung', y varios símbolos de la religión islámica como el color verde o la luna y estrella", declara a Efe el empresario, padre de seis hijos y natural de la sureña provincia de Krabi.
El año pasado, la firma estadounidense le instó por escrito a cambiar el emblema del negocio tras considerarlo un calco del logotipo utilizado por ellos desde 1992 hasta inicios de 2011.
Ante la perseverancia de Damrong, los abogados que representan a la multinacional en Tailandia decidieron, en septiembre pasado, recurrir a los tribunales y la primera vista se celebrará el lunes próximo.
Starbucks reclama al autónomo y a su hermano, copropietario del negocio, una indemnización de 300.000 bat (más de 9.600 dólares o 7.000 euros) a un interés del 7,5 por ciento anual, más el pago del procesamiento y otros costes, según el diario "Bangkok Post".
Atraídos por esta rocambolesca historia, decenas de curiosos y turistas acuden cada jornada a fotografiarse junto al motocarro-cafetería, que generalmente se ubica en las cercanías del barrio donde se hospedan miles de mochileros en Bangkok, y expresar su apoyo a Damrong.
"Es estúpido y amoral que una empresa que gana cada año cientos de millones de dólares reclame una cantidad de dinero abultada a una persona que vende café en la calle. Estos pleitos legales empeoran la imagen de las multinacionales", opina Steve Jefferson, quien se encuentra con su pareja de viaje por el Sudeste de Asia.
"Les molesta que el café que se compra en este puesto sabe mejor y es de mayor calidad que el que ellos ofrecen en sus locales de diseño, por no hablar de los precios tan desorbitados", apunta Tim Smith, quien encontró el puesto tras leer la historia en los medios locales.
"Desde que empezó a correr mi historia por los medios la gente se acerca más a mi sitio, pero en los mejores días como mucho alcanzo a vender entre 100 y 150 unidades", sentencia Damrong, cuyo café cuesta 20 bat (64 centavos de dólar o 45 céntimos de euro).
El empresario tailandés afirma que luchará hasta el final por mantener la marca de su establecimiento.
"No voy a huir y no tengo suficiente dinero para pagar la multa. Iré a la cárcel si la justicia así lo dicta", señala a Efe este tailandés de 44 años, que podría afrontar hasta dos años en prisión si es hallado culpable.
Starbucks opera cerca de 21.000 cafeterías en 62 países, de las cuales al menos 171 se encuentran en Tailandia, y logró unos beneficios de 13.300 millones de dólares (más de 9.600 millones de euros) en 2012.
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