Elecciones en Francia
El temor al Frente Nacional agita el voto en el «cinturón rojo» de París
En Montreuil, feudo comunista de la periferia parisina, un votante se despide del presidente de la mesa electoral tras depositar su papeleta: "Espero que podamos parar los pies a los del Frente Nacional". El presidente sonríe, y asiente de forma discreta. El miedo a la ultraderecha azuza el voto en las localidades obreras y multiétnicas que rodean la capital, ajenas al presumible avance del ultraderechista Frente Nacional (FN) en la primera vuelta de las elecciones departamentales que se celebra hoy en el país, informa Efe.
En el ayuntamiento de esta ciudad de algo más de 100.000 habitantes se ubica la mesa electoral número 1, donde al mediodía no se puede decir que la actividad sea frenética.
"Estamos en las cifras de participación que esperábamos, es decir, una abstención bastante fuerte", explica a Efe el presidente de la mesa y teniente de alcalde de Montreuil, Philippe Lamarche.
La apatía política y la desconfianza hacia los representantes en las instituciones han echado raíces en la periferia de la capital, con unos niveles de paro superiores a la media y una población joven y multirracial que se siente al margen del proceso democrático.
Esta es la cuna de lo que el primer ministro, Manuel Valls, llamó, en expresión muy discutida, el "apartheid social"de Francia.
A la salida de la mesa electoral número 1, una placa da testimonio de la muerte de uno de los próceres del socialismo francés, Jean Jaures, asesinado en 1914 por su oposición a que el país entrase en la I Guerra Mundial.
En tiempos de gran tribulación para la izquierda francesa, que podría desplomarse en estos comicios, reservas espirituales como Montreuil, gobernada por un comunista, suponen la primera línea de contención frente a la marea de la líder del FN, Merie Le Pen, y sus acólitos.
La localidad es una de las mayores poblaciones del departamento de Seine-Saint-Denis, más conocido en la calle como el "departamento 93"(por su número administrativo), el de mayor proporción de inmigrantes de todo el país y uno de los más conflictivos.
La joven Kanga Iris Anael, de 20 años, reconoce a Efe nada más votar por qué ha acudido a las urnas: "El auge del FN me asusta".
"Impulsan ideas que dan miedo, respecto a los derechos de la mujer, de los extranjeros o de los homosexuales", considera esta joven de raza negra y que dice haber votado a la centrista Unión de Demócratas Independientes, UDI, que concurre coaligada con la conservadora Unión por un Movimiento Popular, UMP, del ex presidente Nicolas Sarkozy.
Las perspectivas de voto para el Frente Nacional (cerca de un 30 %, según los sondeos) dicen que no debería ser difícil encontrar a votantes del partido de Marine Le Pen, pero en Montreuil serán pocos quienes admitan haberlo hecho.
Si no fuera por la previsible consolidación del FN como primera o segunda fuerza en número de votos, estas elecciones pasarían (todavía más) desapercibidas para la gran mayoría de los franceses, aunque eso tampoco evitará que la abstención vaya a ser alta.
Algunos, como Alain Garnier, de 43 años, reivindican orgullosos el ejercicio de su "deber cívico"de votar -"algo que siempre he hecho, pese a no estar implicado o convencido"- y explica que volverá a sufragar por la izquierda en esta ocasión.
En la mesa electoral número 1 de Montreuil las formas son exquisitas. Uno de los vocales felicita puntualmente a todos los votantes, tras señalarles dónde deben firmar, por "cumplir con su deber como ciudadanos".
El ambiente, confirma el teniente de alcalde Lamarche, es de "normalidad", pero enseguida admite: "El auge del Frente Nacional es un poco inquietante para los vecinos de la localidad". Aquí, esta noche, no habrá fiesta para Marine Le Pen.
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