Catástrofes y Accidentes
El tornado de Oklahoma fue más potente que Hiroshima
La ciudad de Moore amaneció ayer entre el dolor de aquellos que habían perdido a algún familiar tras el paso del devastador tornado del lunes y los centenares de vecinos y equipos de seguridad centrados en las labores de limpieza y reconstrucción. A primera hora de la mañana, varios perros rastreaban entre los escombros por si alguna persona continuaba atrapada, a la par que varios vecinos recuperaban sus pertenencias en lo que quedaba de sus viviendas. Los vecinos de Moore se agarran a lo que les queda. A veces es un juguete. Un utensilio de cocina. Unas zapatillas. Algo que les traiga a la memoria su vida anterior al tornado que asoló su ciudad. Fueron 40 minutos de vientos de más de 300 kilómetros por hora los que les han cambiado para siempre. A pesar del dolor, los vecinos insisten en que su pena no significa nada en comparación con la de aquellos que han perdido a sus hijos. «Oh Dios mío, esto es horrible», indicó Asa Bell, de 28 años, un vecino que se había trasladado a la zona tres días antes del tornado. «Ahora ya no hay nada. ¡No hay nada!», se lamentaba. Aún así, le quedaron fuerzas para presentarse en la Iglesia de St. Andrew´s como voluntario: «Hay mucha gente que está peor que yo», aseguró.
Reparto de juguetes
Otra vecina, Amanda Self, de 37 años, no sabe qué hacer con su hijo mayor, Ransom, de 7, quien no para de pensar en la desgracia de que sus compañeros de su colegio hayan perdido sus hogares. Así, conmovida por la preocupación del pequeño, se gastó el martes cerca de mil dólares en juguetes que repartió con sus hijos entre los diferentes refugios de Moore. La suma total de fallecidos se mantuvo ayer en las 24 personas, a los que hay que sumar los que hay que sumarlos más de 240 heridos y las 300 casas afectadas.
Curiosamente, ya han empezado a surgir los primeros debates sobre la necesidad de elaborar un marco legislativo que obligue a la construcción de refugios en todas las viviendas: «Intentaremos hacerlo tan pronto como sea posible», aseguró Glenn Lewis, alcalde de Moore. Aunque los protagonistas de ayer volvieron a ser los profesores de los colegios que sufrieron el tornado. ««Hicimos lo que debíamos. Me encerré con un grupo de niños en el baño y les dije que rezaran», explicó Tammy Glasgow,maestro de Briardwoo.
Por otra parte, un estudio elaborado por científicos americanos determinó que la magnitud del tornado fue ocho veces superior al de la bomba de Hiroshima, si se compara la energía liberada por ambos.
Ayer, el jefe de Prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, confirmó que Barack Obama visitará la zona el domingo. Allí, se encontrará con los familiares de las víctimas y los desplazados. También aprovechará para agradecer a los trabajadores de los servicios de emergencia la ayuda prestada.
✕
Accede a tu cuenta para comentar