Casa Real
El viaje a París que no pudo ser
Los preparativos de la primera visita de Estado de los Reyes a Francia quedaron en nada: desde el renovado armario de Doña Letizia hasta el menú de la cena de gala en la que el «chef» invirtió tres días
A las 9:30 de la mañana del martes el avión de la Fuerza Aérea española despegó del pabellón de Estado de la T-4 del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Apenas media hora después lo hizo el Airbus A320 de la compañía Germanwings. Tras la despedida con honores de rigor, Don Felipe y Doña Letizia, y una reducida delegación, embarcaron con todas las ilusiones puestas en el que sería su primer viaje de Estado como Reyes. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo; el jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín; el consejero diplomático, Alfonso Sanz Portolés y la directora general de relaciones con los países de la Unión Europea, María Victoria Morera, aprovecharon las dos horas y media que duró el vuelo para ultimar los detalles de un viaje que, según fuentes de la embajada francesa, llevaba organizándose desde diciembre, cuando la Casa del Rey puso fecha a la invitación que en julio les había cursado el presidente del país galo, François Hollande.
A las 11:30 de la mañana, el avión aterrizó en el aeropuerto de Orly de París, una hora después de que se conociese la tragedia en Los Alpes. Después de la ceremonia de bienvenida en el pabellón de Estado, los Reyes se dirigieron a los Inválidos. De camino, Felipe VI fue informado del accidente que se había llevado por delante 150 personas: 51 de nacionalidad española. Los Reyes fueron recibidos por el primer ministro, Manuel Valls, con quien Don Felipe mantuvo una breve conversación sobre los hechos. El Rey inauguró el viaje de Estado pasando revista a las tropas francesas, pero el fin de la visita ya estaba en su cabeza.
Era cuestión de tiempo el anuncio de la cancelación del viaje, que tuvo lugar después de una reunión de una hora con el presidente de Francia, François Hollande, en el Palacio del Elíseo. Los Reyes y el mandatario francés aparecieron después ante la Prensa para explicar una decisión consensuada, a la espera de «poder encontrar fechas futuras en las que continuar esta visita en la que se había puesto mucho esfuerzo, mucho trabajo y mucha ilusión», en el marco de las «excelentes» relaciones entre Francia y España. Don Felipe «dixit».
Doce actos oficiales estaban programados, ocho discursos trabajados entre Zarzuela y el Gobierno de España para «marcar la línea» de las relaciones bilaterales entre Francia y España, según fuentes de la Casa del Rey. Una apretada agenda en la que los Reyes iban a ser observados con lupa, por lo que el vestuario de Doña Letizia tenía que estar a la altura de los dictados de la capital de la «haute-couture».
Según ha podido saber este periódico, la Reina iba a estrenar todo su nuevo vestuario, a excepción de uno o dos modelos, obra de su modisto de cabecera, Felipe Varela. Sin duda, el vestido «estrella» que salió de La Zarzuela era el de la cena de gala que habría tenido lugar en el Salón de Fiestas del Palacio del Elíseo, a la que estaban invitadas alrededor de 300 personas. Tres días necesitó el «chef» de la sede de la presidencia de la República francesa para no dejar ningún detalle del menú libre en manos de la improvisación y que todo resultase perfecto. Y han sido precisamente los alimentos los que no han caído en saco roto, ya que tanto desde la residencia del presidente de Francia como del ayuntamiento –en el que estaba programada una recepción en honor a los republicanos españoles que el 24 de agosto de 1944 fueron los primeros en llegar para liberar París–, se han repartido centenares de bandejas por los comedores sociales de la capital.
La Zarzuela y El Elíseo tienen la intención de aplazar el viaje, no suspenderlo, aunque, por motivos lógicos, aún no haya una fecha fijada. «Lo que está garantizado es la voluntad de ambas partes por que este viaje tenga lugar», explican desde la Casa del Rey, «aunque es algo que llevará su tiempo porque hay que cuadrar las agendas de todos los colectivos y organismos públicos». Eso sí, habrá visitas irrecuperables, como la exposición «Velázquez y el triunfo de la pintura española» en el Grand Palais que los Reyes tenían pensado visitar el mismo día de su aterrizaje. Una colección de 51 obras sólo superada en 1989 por el Metropolitan
El que Francia hay sido el destino elegido para el primer viaje de Estado de los Reyes no responde a una casualidad; independientemente de que, según datos de la Cámara de Comercio, actualmente las compañías galas generen en nuestro país 280.000 empleos directos, mientras que en el país vecino las compañías españolas generan 70.000. En este momento, una de nuestras prioridades con el país vecino, informan desde Exteriores, son las interconexiones energéticas, ya que nuestro objetivo es abrir la oferta frente al gigante ruso y utilizar la ubicación de Francia como punto para exportar al resto de países de Europa.
Según fuentes de la embajada francesa, el peso de este viaje se entendió desde el primer momento, no en balde Don Felipe iba a ser merecedor de un privilegio reservado a elegidos mandatarios: pronunciar un discurso en la Asamblea francesa, al igual que hiciera Don Juan Carlos en 1993. El único de todos los mensajes que Don Felipe iba a pronunciar en francés.
Explican que los sectores públicos han vivido con «gran consternación el accidente, por lo que la cancelación del viaje se ha vivido con pena, pero con mucha comprensión». Y deferencia. Hasta el pasado viernes, las banderas españolas aún ondeaban ante la puerta del Triunfo de París.
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