Nueva York

El voto afroamericano de Harlem se tiñe de blanco

Radiografía electoral: las minorías. El «boom» inmobiliario ha desplazado a esta minoría, que ve con resignación la salida del primer presidente negro de Estados Unidos

Varios vendedores atienden a los clientes en un mercadillo en el barrio neoyorquino de Harlem
Varios vendedores atienden a los clientes en un mercadillo en el barrio neoyorquino de Harlemlarazon

Radiografía electoral: las minorías. El «boom» inmobiliario ha desplazado a esta minoría, que ve con resignación la salida del primer presidente negro de Estados Unidos

Las pulsaciones del corazón de la América negra, el barrio neoyorquino de Harlem, se dispararon con la victoria de Barack Obama en 2008. El estallido de júbilo en la plaza de la calle 125, que lleva el nombre del activista Martin Luther King fue histórico. Por primera vez un hombre negro llegaba al Despacho Oval. Y en esta victoria, claro está, tuvieron un peso decisivo los votantes afroamericanos, una minoría que representa el 13% de la sociedad y que tradicionalmente ha votado demócrata. En los últimos cincuenta años, entre el 80 y el 95% de la población negra se ha decantado por el candidato demócrata y en esta ocasión, todo apunta a que la tendencia no cambiará. Sólo entre el 2 y el 7 % de los afroamericanos apostará por Trump. Sin embargo, el gran problema al que se enfrenta Hillary Clinton es su capacidad de movilización de este electorado. La inspiración de Obama para este sector fue clave en su elección, algo con lo que no cuenta Clinton.

Además, Harlem, el lugar que fue el epicentro de la victoria del demócrata ha cambiado mucho en los últimos años. Es más, en 2012, cuatro años después de la primera victoria de Obama, al entonces presidente le persiguió la sombra del desencanto entre los votantes de cara a su reelección, sobre todo entre los afroamericanos que habían depositado su confianza en él en 2008 como jamás habían hecho en otras elecciones presidenciales. Aún así, revalidó su mandato, si bien la noche electoral se vivió con menos emoción que la de 2008.

En estos días, lo que más se deja sentir en Harlem son los efectos de la rehabilitación urbanística, muy controvertida en Manhattan. Incluso se bromea con que hay más blancos que negros. Por eso, más que a Barack Obama, en realidad, el cambio pertenece a los agentes inmobiliarios, artistas, galeristas y propietarios de restaurantes en búsqueda de nuevos espacios baratos dentro de la isla de Manhattan. El anuncio de la cadena de supermercados Whole Foods de que iba a abrir en la calle 125 en la esquina del Boulevard Malcolm fue señal inequívoca del proceso de rehabilitación urbanística que se vive en Nueva York. De hecho, esta inauguración fue muy polémica, al considerarse que su apertura acabará con la autenticidad de Harlem. Además, los alquileres y la vida en general en este barrio humilde se han disparado.

Alan Jones, de 38 años, considera que Obama «no favoreció a los negros porque él lo fuera». «Éstas elecciones versan sobre el voto rural y el urbano, no sobre blancos y negros. Las zonas urbanas son multiculturales: negros, mexicanos, blancos.... Este país es ejemplo de mestizaje no de odio como se ha visto durante la campaña», apunta el estadounidense nacido en el Caribe, que cita la controvertida reforma sanitaria como uno de los grandes logros del presidente demócrata. «No es perfecta, pero, ha conseguido que mucha gente que no tenía seguro se pueda hacer un chequeo completo por primera vez en su vida», recuerda Jones. «El hecho de que hayamos tenido un presidente negro no ha hecho que las cosas sean diferentes», protesta John, otro habitante de Harlem. Para Calvin, un afroamericano de 55 años que ha residido toda la vida en este barrio, Obama «han cambiado algunas cosas en la comunidad negra a mejor, pero no de manera profunda. En Harlem, ahora los cambios vienen de los promotores inmobiliarios. Pero, para los vecinos, esto representa un problema porque es difícil encontrar apartamentos que podamos pagar». Por su parte, James lamenta que no han cambiado mucho las cosas para sus «hermanos». «Todavía, si la Policía si ve un chico negro como yo en un buen coche, le van a parar porque piensan que lo ha robado. Esto le pasó a mi padre, a mí, pero espero que no le ocurra a mis hijos», afirma.

Clinton se ha reunido en varias ocasiones con activistas de «Black Lives Matter», creada tras los asesinatos de negros en manos de policías blancos. Y es que la segregación racial sigue siendo un problema vigente en la sociedad estadounidense a la que deberá enfrentarse el próximo presidente.