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Empieza la era Renzi

El primer ministro italiano apunta «la falta de esperanza» en la UE tras superar con comodidad su investidura

Matteo Renzi
Matteo Renzilarazon

Trece días ha durado la crisis política italiana, abierta el 13 de febrero cuando Matteo Renzi, secretario general de Partido Democrático (PD), fulminó al anterior primer ministro, Enrico Letta, compañero de filas en la formación izquierdista.

Trece días ha durado la crisis política italiana, abierta el 13 de febrero cuando Matteo Renzi, secretario general de Partido Democrático (PD), fulminó al anterior primer ministro, Enrico Letta, compañero de filas en la formación izquierdista. A partir de hoy, el nuevo Gobierno se pondrá por fin a trabajar después de superar ayer la moción de investidura a la que se sometió en la Cámara de Diputados con 378 votos a favor y 220 en contra de los 599 diputados presentes (hubo una abstención). El resultado favorable se daba por descontado, pues el PD tiene la mayoría, pero el joven jefe del Ejecutivo logró una cómoda victoria que augura el inicio de su estancia en el poder con una cierta estabilidad parlamentaria. El día anterior el Gabinete había superado la confianza del Senado, donde el margen era más pequeño, por lo que el grupo de Renzi tuvo que confiar en el apoyo que le brindó su principal socio, el partido Nuevo Centro Derecha de Angelino Alfano, así como el de varias siglas centristas. En el discurso inicial con el que pidió la confianza de los diputados, el líder del PD anunció que su primer viaje oficial no será a Bruselas ni a Berlín, donde ya le han invitado, sino a Túnez, adonde volará la semana que viene para mostrar la importancia que su Ejecutivo da a las relaciones con los países del Mediterráneo. Renzi mandó otro recado a la Unión Europea al asegurar que hoy «no ofrece esperanzas», pues ha dejado que el debate se centre sólo «en las comas y los porcentajes». «No queremos una Europa donde Italia vaya a recibir la orden de lo que debe hacer, sino que queremos hacer una contribución fundamental, porque sin Italia no hay Europa».

Renzi repitió algunas de las ideas planteadas el día anterior en la Cámara Alta, como que si el Gobierno fracasa será sólo culpa suya, y se enzarzó en una pelea con los parlamentarios del Movimiento 5 Estrellas (M5E), el grupo liderado por el cómico Beppe Grillo, quienes le dedicaron duras críticas. Entre las filas de la izquierda tampoco logró apasionar a muchos de sus parlamentarios. Durante la larga sesión de investidura, se vivió un momento muy incómodo cuando Letta entró en la Cámara, quien repitió el gesto del pasado fin de semana en la ceremonia de traspaso de poderes. Ignoró a Renzi y a los nuevos ministros y se dirigió directamente hacia donde estaba sentado Pie Luigi Bersani, anterior secretario general del PD, a quien le dieron el alta hace poco más de un mes tras sufrir un derrame cerebral. Los dos se dieron un fuerte abrazo que fue ovacionado por los diputados. Renzi, pesadilla tanto para Bersani como para Letta, tuvo palabras de reconocimiento para el primero. Recordó que cuando le ganó en las elecciones primarias del PD no le excluyó de la formación izquierdista. «El hecho de que hoy esté aquí es una señal de estilo, de respeto no sólo personal, sino también político», comentó. El veterano político crecido en las filas del Partido Comunista le respondió luego de forma más cruda. Dijo que la humildad no estaba entre «las mejores cualidades» del nuevo primer ministro.

Cerrado el capítulo del bautizo parlamentario, Renzi acude hoy a Treviso, en el noreste del país, para visitar una escuela en un barrio periférico y reunirse con empresarios y alcaldes de la zona. Tiene previsto viajar por toda Italia para conocer de primera mano la situación de los colegios públicos y escuchar los problemas de los trabajadores y administradores.