Ankara
Erdogan desmonta la rebelión
La pelota está en el campo de los «indignados» turcos, que se han visto totalmente desorientados por la estrategia del Gobierno de Recep Tayyip Erdogan. Hoy está previsto que tomen una decisión final sobre si permanecen en el parque Gezi o si levantan el campamento, después de dos semanas. Durante todo el día de ayer los grupos que integran el movimiento de protesta mantuvieron reuniones y asambleas para discutir sobre la última oferta del Gobierno, hecha la noche anterior en una reunión que Erdogan mantuvo con representantes de la Plataforma de Solidaridad con Taksim.
El líder islamista se comprometió con los manifestantes a paralizar los planes de urbanización de este espacio verde hasta que un tribunal turco se pronuncie sobre ello. Pero esta «concesión» no es tal, porque ya existe un fallo que cancela dichos planes apelado por el Gobierno, que ahora espera que dicha apelación sea aceptada y pueda seguir adelante con el proyecto de reconstruir unas barracas otomanas sobre el parque Gezi, que podrían albergar un centro comercial o cultural.
Pero la trampa de Erdogan funciona y ayer la plataforma se organizaba para tratar de responder a su oferta, aunque no es una tarea fácil porque hasta ahora no existía un mecanismo de toma de decisiones en el seno del movimiento. «En estas dos semanas de acampada, no hemos celebrado ninguna asamblea conjunta, no dialogábamos entre nosotros», explica a LA RAZÓN un miembro del grupo izquierdista Musterikler que prefiere callar su nombre. La plataforma convocó una reunión a puerta cerrada con los representantes de los más de cien grupos que la integran, ayer al mediodía, lejos del parque, y posteriormente fueron convocadas siete asambleas diferentes en el interior de Gezi. Las conclusiones fueron puestas en común a la espera de la decisión final de hoy.
«El sentimiento general y la opinión mayoritaria es que nos vamos a marchar», dijo a LA RAZÓN la joven Samru Tamer. «Pero se ha propuesto mantener una acampada simbólica, simplemente para seguir presionando al Gobierno y seguir presentes, porque sabemos que no podemos mantener el campamento indefinidamente», dijo.
Gizem Kutlu, representante de la Plataforma, explicaba a este periódico que, además del parque Gezi, hay que tener en cuenta a los manifestantes de Ankara y otras ciudades que también han estado protestando en contra del Gobierno aunque hayan recibido menos atención. «Los de Ankara probablemente no querrán terminar las protestas porque son los que más han sufrido la violencia, y además no fueron invitados a la reunión con Erdogan», añadía.
De esta forma, Erdogan ha conseguido dividir y debilitar a un movimiento aún en pañales, que debe tener en cuenta muchísimas ideologías y sensibilidades, algunas totalmente opuestas, así como a los manifestantes independientes que no tienen por qué acatar las decisiones de la Plataforma, que deja la palabra final en manos de la «plaza».
✕
Accede a tu cuenta para comentar