El Gobierno de Donald Trump
¿Estados Unidos encerrado en su propio muro?
¿Tienen realmente entidad las victorias que Trump asegura haber cosechado en sus primeros dos años en la Casa Blanca?
El cierre del Gobierno es una metáfora útil para resumir los dos años de la Administración Trump. Ningún Ejecutivo ha tenido tantas dimisiones, filtraciones de información sensible o frentes legales abiertos que la actual. Aun así, para sus seguidores ha sido fiel a sus promesas electorales y ha materializado varias victorias: aprobar una nueva política fiscal, renegociar el NAFTA, poner en marcha medidas contundentes para reducir la inmigración, plantar cara a China comercialmente, reunirse con el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, para negociar la desnuclearización y paralizar las agencias de protección ambiental. Por supuesto, el muro se ha convertido en la pieza central de la agenda del presidente. En estos momentos se ha convertido en un método para mostrar que Trump se mantiene fuerte en su línea de detener la inmigración y aguantar el tipo frente a la nueva Cámara de Representantes controlada por los demócratas. Los triunfos están claros pero, ¿es sólo escaparate? Merece la pena estudiarlo brevemente.
El nuevo sistema fiscal aumentará significativamente la deuda y los economistas temen su efecto en la economía de Estados Unidos. El nuevo tratado de comercio solo ha introducido cambios leves respecto al NAFTA y, además, aun no ha sido ratificado. Las políticas anti inmigración han derivado en situaciones inhumanas como separar a los menores de sus padres. La guerra comercial con China ha derivado en una guerra comercial con Europa y ha llenado de incertidumbre los mercados bursátiles. Las reuniones con Kim no se han plasmado en un pacto firme de desnuclearización. Los gases que provocan el efecto invernadero han aumentado el pasado año y trágicas tormentas, incendios y sequías son el resultado de extremos climáticos causados por esos mismos gases. ¿Se puede hablar, entonces, de grandes victorias?
La tendencia del presidente de EE UU a cuestionar el sistema judicial, las agencias de inteligencia y los medios de comunicación no es sana para la democracia. El muro puede mantener a gente afuera pero, metafóricamente, también atrapa a los estadounidenses dentro. Cuando el caos reina en la Casa Blanca, el efecto adverso lo sufren todos los ciudadanos. Nosotros, el pueblo americano, estamos atrapados en un sistema de gobierno que ha dejado de funcionar y que promueve nuevas divisiones en la sociedad. Los próximos dos años de la Administración Trump solo pueden ser descritos como caóticos y el actual cierre del Gobierno es una prueba irrefutable de la disfuncionalidad que ha caracterizado al poder ejecutivo desde que se convirtió en el inquilino de la Casa Blanca.
* Profesora de Ciencia Política en la Universidad de Hofstra (Nueva York)
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