Secuestros
«Fui idiota al fiarme del ELN», dice la periodista secuestrada en Colombia
El episodio vivido por Salud Hernández-Mora reabre el debate sobre el proceso de paz del presidente Santos
El episodio vivido por Salud Hernández-Mora reabre el debate sobre el proceso de paz del presidente Santos
El secuestro y liberación el viernes por la noche de Salud Hernández-Mora ha reabierto el debate en Colombia sobre el proceso de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), una de las guerrillas del país y autores de la retención de la periodista española y de otros dos compañeros de la televisión local RCN, Diego D’Pablos y Carlos Melos. «Me quedé con dos guerrilleros y les dije ‘‘Soy idiota, no sé por qué me fío de ustedes’’. Cada noche me cambiaban de un sitio a otro, todo el tiempo en zona rural, selvática, o en claros de la selva o en casas abandonadas», afirmó ayer Hernández-Mora en una de sus muchas entrevistas concedidas a los medios locales.
Mientras realizaba una investigación cerca de Tibú, en la región de Catatumbo –conocida como la «zona roja» por la fuerte presencia del ELN y otras guerrillas–, apareció una motocicleta y el conductor le exigió subirse. «No había nadie en la calle, así que me subí», explicó la corresponsal de «El Mundo» en Bogotá. Tras quitarle el teléfono móvil, fue trasladada de lugar hasta cinco veces y le advirtieron de que no debía salir de la zona porque «la estaban vigilando». En un comunicado de prensa enviado ayer por sus captores, el ELN aseguró que «la retención» se debió a «rutinas de seguridad» y para «neutralizar» infiltrados en el lugar. «Fuimos advertidos de la presencia de desconocidos en la zona y procedimos a realizar una operación de control poblacional interceptando a la periodista». Sin embargo, desde un primer momento, la periodista ha reiterado que fue «un secuestro». «Yo, por mi voluntad, no tengo a mi familia sufriendo diez días ni haciendo este paripé», aseveró Hernández-Mora, conocida en Colombia por sus columnas en el diario «El Tiempo».
Tras su liberación, tampoco escatimó en críticas: «Hay una comisaría de Policía [en la región] que no sirve para nada, y no porque los agentes no sirvan, sino porque no pueden hacer nada: asoman la nariz y se la cortan porque hay francotiradores (...) Su única misión es llegar a casa vivos». Además de por esa dureza, se reconoce a la periodista española, instalada en el país desde hace cinco años, por su acérrima oposición a las guerrillas y al proceso de paz del Gobierno con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el ELN, cuya mesa de negociaciones comenzó oficialmente hace apenas dos meses y que ahora vuelve a estar en tela de juicio.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, aseguró tras la puesta en libertad de Salud que «bajo ninguna circunstancia se puede adelantar una negociación si continúan secuestrando colombianos (...) como mecanismo de presión» y anunció una intervención militar en la zona. El triple secuestro se produce en un momento delicado, con los primeros diálogos con el ELN y en la recta final de las conversaciones con las FARC. Su líder, Rodrigo Londoño, alias «Timochenko», condenó el episodio: «Hoy es Salud Hernández, mañana cualquier colombiano. Esas prácticas deben terminar para siempre en Colombia. La paz impone su libertad».
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