Grecia
«Grecia como parte inseparable de Schengen», por Dimitrios Papadimoulis
Grecia se encuentra sumergida en un período muy difícil; por un lado con un Gobierno que intenta hacer frente a la crisis de los refugiados, mientras por otro negocia el tercer rescate con las instituciones europeas. El Gobierno heleno está llevando a cabo un amplio programa de reformas, tocando temas críticos de la esfera pública que van desde la reforma de las pensiones a la lucha contra la evasión fiscal, las uniones del mismo sexo, la reforma sanitaria, así como asuntos religiosos o la diplomacia multilateral, todo lo necesario para abordar décadas de decadencia y avanzar en el papel regional del país.
La crisis de refugiados pone una presión adicional sobre el país en este esfuerzo y lo cierto es que los Estados miembros que asumen la mayor parte de los flujos migratorios, es decir, Grecia e Italia, deberían recibir un trato más suave de sus homólogos de la UE en relación con el gasto público. Especialmente para Grecia, teniendo en cuenta las restricciones financieras en el presupuesto anual debido al programa de consolidación, la Comisión Europea y el Consejo Europeo deberían estudiar la posibilidad de aflojar estos ajustes financieros.
Mientras tanto, y en ausencia de una acción coordinada entre los Estados miembros, la UE se ha acercado a Turquía para manejar la crisis de refugiados. El acuerdo conjunto que fue firmado en noviembre pasado supuso una mayor participación de Turquía en dos áreas específicas: el desmantelamiento de las redes de traficantes y el control de los flujos de refugiados. Ninguno de estos compromisos se han mantenido hasta ahora en un momento en que Ankara exige fondos adicionales. Hasta cierto punto, la UE tiene que cooperar con Turquía, pero cuando miramos al apoyo que Grecia ha recibido de la UE nos damos cuenta de que la solidaridad hacia Grecia es bastante débil, a la vez que cientos de millones de euros se han gastado del presupuesto nacional. Además de eso, el Gobierno griego se ha comprometido a crear puntos de control en las islas del mar Egeo y en la región del Ática . El coste es bastante elevado, pero aún así el Gobierno se ha comprometido a construirlos a pesar de las limitaciones presupuestarias actuales.
Por otra parte, la guardia costera griega está asegurando las fronteras marítimasde una manera ejemplar, desarrollando efectivas operaciones de rescate de miles de refugiados que cruzan las fronteras diariamente. Durante 2015, más de 851.000 refugiados cruzaron las fronteras marítimas de Turquía hacia Grecia, donde la guardia costera realizó 103.372 operaciones de rescate. Para el mismo período, Italia recibió 153.000 refugiados. No obstante, el programa de reubicación no ha funcionado correctamente y los números son verdaderamente decepcionantes. Como igualmente decepcionante es, por no decir hipócrita y parcial, la discusión sobre la expulsión de Grecia de la zona Schengen. Tal decisión no sólo destruiría las políticas fundacionales de Europa, sino que también tendría repercusiones económicas irreparables para la UE en su conjunto. Significaría literalmente el fin de Schengen y la Unión Europea tal como la conocemos.
En tales condiciones extremas, el Gobierno heleno está negociando con las instituciones la revisión del tercer rescate. Todas las reformas necesarias que se han propuesto están en proceso de implementación. Al mismo tiempo, el Ejecutivo se esfuerza por protegen las partes más vulnerables de la sociedad griega. Ésta es la forma de pensar sobre la cual se cimientan todas las reformas y esta es la manera en que planeamos seguir adelante y sacar el país fuera de las turbulencias económicas. Estamos realmente decepcionados con la postura de la oposición conservadora y de los partidos que gobernaron Grecia durante los últimos treinta años, tanto en lo que refiere a la crisis de refugiados como a nuestro programa de reformas, pero por otro lado, nos damos cuenta de que los partidos políticos que han llevado al país, a su economía y su sociedad, a este punto muerto no pueden formar parte de la solución, sino ser sólo una parte del problema.
En resumen, no hay que confundir la crisis de refugiados con el acuerdo de rescate ni con la implementación de nuestro programa de reformas. Los tres se desarrollan de forma paralela, pero en los tres, la UE y las instituciones, de forma colectiva y por separado, deben apoyar a Grecia y reconocer el progreso que este Gobierno ha hecho.
*Vicepresidente del Parlamento Europeo y eurodiputado de Syriza
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