Hong Kong
Hong Kong, ¿qué queda de la revolución de los paraguas 5 años después?
Decenas de miles de personas conmemoraron hoy en las calles de Hong Kong el quinto aniversario del fin de la llamada “Revolución de los Paraguas”, en una protesta prodemocrática que registró enfrentamientos aislados entre agentes de policía y algunos manifestantes.
De hecho, minutos antes de la hora prevista para el inicio del mitin (las 19.00 hora local, 11:00 hora GMT, en el céntrico Parque Tamar) ya había ataques contra los cordones policiales y cuyos integrantes respondieron lanzando gas pimienta.
Asimismo, cientos de manifestantes levantaron barricadas y bloquearon alguna de las principales calles de la ciudad. Terminado el mitin, la policía recurrió a uso de cañones de agua para dispersar a los manifestantes violentos, que respondieron lanzando ladrillos.
Además, según la Policía de Hong Kong, “radicales lanzaron cócteles molotov a las oficinas del Gobierno”.
Sin embargo, la protesta transcurrió de manera pacífica en el recinto del mitin, con los asistentes vestidos del ya tradicional color negro del movimiento prodemocrático.
El mitin fue convocado por el Frente Civil de Derechos Humanos (CHRF, por sus siglas en inglés), ONG responsable de las manifestaciones más multitudinarias hasta la fecha de oposición a la ya retirada propuesta de ley de extradición que habría permitido a hongkoneses ser procesados en la China continental.
En 2014, durante la “Revolución de los Paraguas”, los manifestantes pedían la introducción del sufragio universal para elegir al jefe del Ejecutivo local, una de las cinco demandas que aún hoy tiene el movimiento prodemocrático, y que incluyen también una investigación independiente sobre brutalidad policial o la amnistía a los arrestados, entre otras.
“Hoy es un recordatorio de cómo la Policía es mucho más violenta y salvaje contra los manifestantes. Hace justo cinco años, dispararon 87 cartuchos de gas lacrimógeno. Hoy, si pasa un día sin gas lacrimógeno, casi que da la sensación de ser demasiado pacífico para ser cierto”, cuenta a Efe la empresaria hongkonesa de 39 años Sandy Man, que ha acudido a casi todas las protestas acontecidas en los últimos meses.
“También -continúa Man-, es un recordatorio de por qué fallamos hace cinco años. No estábamos suficientemente unidos, pero hoy hay más solidaridad entre los hongkoneses. Hemos progresado, pero por desgracia porque nuestro gobierno, pro-Pekín, se ha vuelto más siniestro. Aunque hay esperanza, con todos estos jóvenes que salen a luchar por la libertad”.
Entre esos jóvenes, Joshua Wong, ya líder de la ‘Revolución de los Paraguas’ en 2014, de nuevo al frente en esta ocasión, quien salió a hablar durante el mitin, y que justo hoy anunció su candidatura para las elecciones a las juntas de distrito previstas para el 24 de noviembre.
Sin embargo, varias fuentes apuntaron a que la jefa del Gobierno de Hong Kong, Carrie Lam, podría posponer o cancelar los comicios en algunos distritos por motivos de seguridad.
Mientras tanto, en las redes sociales, los manifestantes animan a los demás conciudadanos a protestar mañana en el céntrico Parque Victoria para celebrar el Día Mundial contra el Totalitarismo.
El próximo martes, 1 de octubre, podría ser el día grande: mientras en la China continental se celebrará por todo lo alto el septuagésimo aniversario de la fundación de la República Popular, el Frente Civil de Derechos Humanos ha convocado varios mítines y una marcha de oposición al autoritarismo del régimen comunista.
No obstante, la Policía no ha autorizado estas protestas alegando motivos de seguridad y orden público, y el próximo lunes la justicia hongkonesa se pronunciará sobre la apelación del Frente.
En cada ocasión que la Policía ha denegado una autorización a las manifestaciones, la gente ha seguido saliendo a la calle de manera espontánea y muchas de estas protestas improvisadas han terminado con enfrentamientos entre los agentes de policía y algunos manifestantes violentos.
Las protestas, que se convirtieron en masivas en junio a raíz de una polémica propuesta de ley de extradición, se han sucedido durante más de 100 días en la región administrativa especial y han mutado hasta convertirse en un movimiento que busca una mejora de los mecanismos democráticos que la rigen y una oposición al autoritarismo de Pekín. EFE
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