Elecciones en Ecuador

La afluencia desborda los colegios electorales en España

La afluencia desborda los colegios electorales en España
La afluencia desborda los colegios electorales en Españalarazon

Entre las decenas de miles de ecuatorianos que se acercaron ayer a la Casa de Campo, en Madrid, para votar, era difícil encontrar a alguno que no se decantara por el actual presidente, Rafael Correa. El motivo, o la palabra que más se les escuchaba decir era «progreso». No obstante, también hubo quien admitía que, al llevar en España más de 10 años, el proceso electoral en su país le daba «ya bastante igual». «Yo sinceramente vengo por el comprobante de votación», reconocía Camila Díaz a LA RAZÓN, quien temía «la multa de 70 dólares».

En España, donde reside medio millón de ecuatorianos, tenían derecho a voto 136.049. En los 19 centros de votación dispuestos, la participación fue masiva. En la capital, donde más de 44.000 se inscribieron para votar, la embajadora ecuatoriana, Aminta Buenaño, aseguró a este diario que «se han superado las expectativas de participación. Incluso después de las 17:00 (hora del cierre) hay ecuatorianos que continúan dentro. Estamos desbordados». Lo cierto es que alrededor del Pabellón de Convenciones se registraron filas de hasta dos kilómetros y, aun así, algunos se quedaron sin votar por no soportar la larga espera. Además, la Policía tuvo problemas para controlar a los que se intentaban colar y sobre las dos de la tarde pidieron refuerzos. «Esto es una ratonera», se quejaba Mariela, que había venido con su bebé y otros dos pequeños y describía la «total desorganización». Sin embargo, Óscar Jara, docente universitario con más de 20 años en España, valoraba que «es importante ver cómo cada vez se ha introducido más en la cultura del migrante, de todo tipo de condición social, el involucrarse en el proceso electoral». Nilo Coba, conductor, se sentía orgulloso de su país: «De la modernidad, de las obras, del adelanto» y de que el presidente no fuera un corrupto, por tanto, su voto iba para Correa. «No es que me guste la política, es que estoy contento con lo que veo y con lo que me cuenta mi familia. Hay progreso».