Política

Bruselas

La «batalla» de Kiev entre Moscú y Bruselas continuará

La Razón
La RazónLa Razón

El pacto alcanzado el viernes fue la gota que colmó el vaso. La oposición comprobó que el final de la partida estaba cerca y todo apuntaba a que el desenlace sería su victoria, así que como si de una olla a presión se tratase, los hechos se precipitaron y, en menos de 24 horas, todas las reivindicaciones que desde el Euromadian venían reclamando durante tres meses se cumplieron. Desde Occidente aplaudieron con mesura el desarrollo de los hechos, mientras que desde Rusia criticaron con firmeza la decisión de la oposición de «tomar» el Parlamento y destituir al presidente Yanukovich. «Francamente llego a comprender cómo ras reconocer la legitimidad del presidente, el Parlamento y las estructuras del Estado, mis colegas europeos son capaces de venir a Kiev, dirigirse al movimiento revolucionario, nacionalista y terrorista y tumbar a un gobierno elegido legíitimamente», espetó Vladimir Lukin, el enviado por el Kremlin para interceder en la solución del conflicto. Rusia no renuncia a que la ex república soviética se desligue de su órbita de influencia, aunque Putin ya daba por sentado que Yanukovich estaba políticamente acabado. Quizá por ese motivo envió a las conversaciones a un hombre de bajo perfil como Lukin. Por su parte, desde la Casa Blanca, felicitaron a la sociedad ucraniana por sus logros. «Hemos abogado constantemente por una reducción de la violencia, un cambio constitucional, un gobierno de coalición y elecciones anticipadas, y los acontecimientos de hoy pueden llevarnos más cerca de ese objetivo», afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney. También el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, se felicitó por la liberación de Timoshenko, mientras que el jefe de la diplomacia británica reiteró su apoyo al gobierno de transición y su acercamiento a la UE. Las sanciones de los 28 siguen en suspenso.