El Futuro de Venezuela
La caza de brujas del chavismo
La conmemoración del Día del Trabajo reflejó ayer la polarización y el temor a más confrontaciones en Venezuela, con los seguidores del Gobierno y de la oposición marchando en diferentes manifestaciones entre consignas políticas que dejaron en un segundo plano la defensa a derechos laborales.
Las concentraciones comenzaron en calma pese al ánimo caldeado dejado por la trifulca la noche anterior en el Parlamento, que dejó al menos once diputados heridos, después de que la mayoría oficialista vetara el derecho de palabra de los representantes de la oposición hasta que no reconozcan a Nicolás Maduro como el presidente legítimo.
La oposición dijo que sus parlamentarios fueron agredidos tras intentar mostrar una pancarta y que recibieron golpes propinados con puños y objetos contundentes, mientras que el chavismo denunció tres diputados heridos en sus filas. «Quieren poner la violencia de nuestro lado, cuando la violencia es del lado de ellos (...) Esto fue un montaje preparado por Julio Borges e Ismael García», dijo Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, refiriéndose a dos de los diputados opositores que fueron golpeados. El canal de televisión Globovisión, crítico con el Gobierno, mostró imágenes de la pelea grabadas por un diputado opositor, en las que se ven las agresiones entre los asambleístas, que trabajaban a puerta cerrada sin la presencia de la Prensa. Ésta es la segunda ocasión en pocos días que diputados chavistas golpean en la Asamblea a opositores.
«Hoy ha tenido lugar un golpe al Parlamento», dijo la diputada opositora María Corina Machado tras ser golpeada por una parlamentaria chavista. Machado señaló que, mientras era golpeada, el propio presidente de la Cámara se estaba riendo. El ex candidato presidencial por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Henrique Capriles, explicó ayer que no es casual que los hechos de violencia en la Asamblea Nacional se hayan producido tras la visita de Maduro a Cuba, donde, según dijo Capriles, el mandatario «fue a recibir órdenes». El líder opositor aseguró que «éste no es el momento de cansarse ni de resignarse», sino de «alzar la voz de manera pacífica». También afirmó que «este cobardón [en referencia a Maduro] mandó al otro [Cabello] a que en la Asamblea exista un clima de violencia para tapar la debilidad del Gobierno y los profundos problemas que viven los venezolanos». La ministra para el Servicio Penitenciario, Iris Varela, echó más leña al fuego al afirmar que los parlamentarios chavistas saben pelear «mejor» porque son «pueblo». En cambio, el presidente Maduro afirmó que los hechos de violencia no deben repetirse y aseguró que habló con Cabello para que tome medidas de «disciplina».
Sin embargo, lejos de rebajar el clima de incertidumbre que vive el país, la crisis política sigue creciendo. La oposición anunció ayer que hoy presentará un recurso ante el Tribunal Supremo de Justicia por las elecciones presidenciales después de que el Consejo Nacional Electoral rechazara la revisión de la totalidad de los cuadernos, actas y comprobantes de votación para despejar las dudas sobre irregularidades en las elecciones.
Mientras tanto, se estrecha el cerco a la oposición. Cabello, además de negar la palabra a los diputados opositores que no reconozcan a Maduro, también les ha amenazado con retirarles el sueldo. En paralelo, la Fiscalía ordenó el lunes el encarcelamiento de un general retirado que milita en la oposición y al que se le acusa de incitar a la violencia tras los comicios.
El Gobierno venezolano asegura que opositores asesinaron a unos nueve ciudadanos identificados con el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y que arremetieron contra sedes públicas y centros de atención médica popular. A esto hay que sumar la lista publicada en Twitter, donde aparecen más de un centenar de funcionarios despedidos desde que Maduro tomo posesión del cargo por no militar en el PSVU. La coalición opostiora –la MUD– asegura que ha «corroborado» la veracidad de 4.230 denuncias que ha recibido en los últimos doce días por parte de funcionarios y empleados públicos que han sido maltratados, han sufrido acoso o rebajas de sus condiciones laborales e incluso algunos han sido despedidos por el mero hecho de no ser chavistas, según informó el diario «El Nacional» en su edición digital.
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