Grecia
La Europa de los refugiados
Juncker exhorta a los Veintiocho a repartirse de forma urgente y obligatoria 160.000 inmigrantes.
Juncker exhorta a los Veintiocho a repartirse de forma urgente y obligatoria 160.000 inmigrantes.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, pronunció ayer un discurso ante el pleno del Parlamento que no defraudó. No hubo muchas novedades sobre las líneas maestras de apropuesta europea para gestionar la crisis de refugiados, pero políticamente consiguió recibir el respaldo de la mayoría de los grupos parlamentarios en la Eurocámara, tan sólo a excepción de los euroescépticos, que siguen enraizados en su política nacionalista. A aquellos que creen en el proyecto europeo, su discurso llegó. Europa puede y debe asumir la cuota de refugiados que la Comisión propone, dijo. La nueva propuesta pide a los Estados miembros, concretamente a 22 países, que acojan otros 120.000 refugiados: 15.600, procedentes de Italia, 50.400 de Grecia y 54.000 de Hungría. Quedan fuera de la propuesta seis países. Por un lado, no se cuenta con Reino Unido, Irlanda y Dinamarca porque tienen una cláusula de excepción y no pueden ser obligados a entrar en cierto tipo de políticas. Sin embargo, pueden ofrecerse de forma voluntaria, como así lo ha anunciado en el caso británico, el primer ministro, David Cameron. Y por otro lado, tampoco se ha incluido en la lista a los tres países de donde saldrán los refugiados (sirios, iraquíes y eritreos).
Junto con la propuesta presentada en mayo, que instaba a la reubicación de 40.000 refugiados, en total serán 160.000 las personas que se distribuirán entre los Estados miembros para aliviar la presión que tienen los tres países receptores. La cifra es obligatoria y aquel país que no quiera implicarse tendrá que aportar el 0,002% del PIB para ayudar al resto de socios. El presupuesto europeo dedicará 780 millones a apoyar este sistema. Los estados que participen recibirán 6.000 euros por refugiado, incluyendo un 50% de financiación para asegurar que las autoridades nacionales tienen los medios para actuar rápidamente. Italia, Grecia y Hungría recibirán 500 euros por persona recolocada para hacer frente al coste del transporte.
En una intervención muy trabajada, y visiblemente cansado —el pasado domingo falleció su madre—, Juncker tuvo palabras para aquellos que le pudieran reprochar que Europa «no puede acoger a todo el mundo». El número de refugiados que ha llegado a Europa hasta ahora, un número «sin precedentes, representa apenas el 0,11% del total de la población europea», recordaba. Países como Líbano tienen una población donde el 25% son refugiados, y su riqueza apenas es un quinto de la que tiene la Unión Europea. Apeló a la conciencia, desde la empatía. «Podemos construir muros, vallas, pero imagínense por un segundo que son ustedes, con su hijo en sus brazos y el mundo que conocieron se cae en pedazos. No habrá precio que no paguéis, ni muro que no trepéis, ni mar que no naveguéis, ni frontera que no cruzaréis si es la guerra o la barbarie de Estado Islámico lo que os hace huir», dijo.
En este contexto, defendió ayer la actuación del Ejecutivo comunitario en la crisis de refugiados, recalcando que desde Bruselas se propusieron medidas en mayo para atajar el problema y que son los Estados miembros los que han tardado en reaccionar. «Nosotros hicimos propuestas en mayo y otros han esperado a ver imágenes horribles para actuar», señalaba en el discurso sobre el estado de la Unión ante el pleno de la Eurocámara en Estrasburgo. Son 18 Estados miembros, incluyendo a España, quienes no aceptaron las cuotas propuestas por Bruselas en mayo. Juncker no dudó en echar en cara el juego de culpas que se han ido lanzando entre Estados. «Es hora de ser honesto, humano y estar unidos», decía el líder del Ejecutivo comunitario. Es hora de hablar con franqueza sobre los grandes desafíos a los que se enfrenta la Unión Europea. Porque nuestra UE no está en un buen momento. No hay suficiente Europa en esta unión y no hay suficiente unión en esta Unión. Tenemos que cambiarlo y lo tenemos que cambiar ahora», comenzaba en su discurso.
Cifró en medio millón las personas que han emprendido su viaje en busca de Europa, la mayoría de ellos «huyendo de la guerra en Siria, del terror de Estado Islámico en Libia o de la dictadura en Eritrea». Cerca de 213.000 refugiados han llegado a Grecia, 145.000 a Hungía y 115.000 a Italia. «Los números impresionan. Algunos se asustarán, pero no es momento para tener miedo. Es momento para actuar con humanidad y dignidad humana. Y para Europa también es una cuestión de justicia histórica», señaló, en referencia a los flujos de europeos que huyeron hace años de la persecución política, la guerra o la opresión. En el Parlamento, populares, socialistas y liberales aplaudieron las palabras de Juncker, a quien reconocieron su labor de impulsar una política de refugiados justa y solidaria. Todos pidieron una actuación de Europa en su conjunto, y no dejar a los «impulsos» de los Estados la gestión de los refugiados. El líder del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, reconoció que el fracaso se encuentra «en el egoísmo» de los países europeos. El grupo S&D pidió que se impulsen sin dudarlo sanciones económicas para los países que no acepten refugiados porque de otro modo «Europa desaparecería como concepto».
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