Venezuela sin Chávez

La intimidación como estrategia

La Razón
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¿La violencia política es un fenómeno habitual en Venezuela?

–Así es. Cada vez que hay elecciones y el chavismo siente la más mínima duda, suceden episodios de violencia. No hay que olvidar que la intimidación es la estrategia maestra del chavismo. Te coaccionan y te asustan para que no votes o votes por ellos. Cuando se miran los estudios de abstención, se observa que los que no votan son los más vulnerables, los que pueden perder un empleo o un negocio. Por eso, en cada campaña electoral suben los ataques. Detrás de la delincuencia común también se esconde la violencia política. Hace dos días secuestraron a uno de los cómicos más prestigiosos del país. Podría ser un secuestro más, pero es sospechoso que, cada vez más, las víctimas son opositores al Gobierno.

En esta campaña hay más sospechas ante un posible fraude electoral. ¿Hay motivos para temer una acción de este tipo?

–No creo que pueda haber un fraude técnico manipulando el voto en las urnas, pero sí hay un fraude en el proceso electoral, que yo califico de estafa continuada. ¿Cómo se produce? A través de la intimidación continuada, la violencia y la compra de votos.

¿Cómo se compran votos en Venezuela?

–El país está quebrado en parte por el gasto excesivo del Gobierno para comprar votos en la campaña de octubre. En aquel momento, las autoridades pusieron en marcha la misión «Tu casa bien equipada» y regalaron miles de electrodomésticos chinos. Existen otros métodos como la «conminación». Las máquinas captahuellas permiten saber qué electores en cualquier barrio no han acudido a votar a media mañana. Así, el Gobierno envía a la Guardia Nacional, a las Milicias Bolivarianas o al Ejército a las casas de aquéllos que no han pasado por las urnas para llevarlos al centro de votación. Las Milicias, que es un cuerpo de seguridad formado por civiles afines al chavismo, vigilan los colegios electorales como mecanismo de chantaje y de presión social. Como se ve, es un sistema perverso.