Londres

La NSA accedió a datos encriptados en internet

EE UU y Reino Unido disponían de un sistema para eludir las contraseñas

Los servicios de inteligencia de EE UU y Reino Unido han espiado a millones de usuarios en internet
Los servicios de inteligencia de EE UU y Reino Unido han espiado a millones de usuarios en internetlarazon

La Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA, en sus siglas en inglés) ha desarrollado en secreto un sistema para destruir o eludir el cifrado común que se utiliza en Internet para proteger la información del usuario. En otras palabras, las autoridades tienen acceso a todo: desde el correo electrónico de los ciudadanos hasta las transacciones financieras. La última entrega del «caso Snowden» no tiene desperdicio. Según los documentos robados por el ex espía –facilitados ahora a distintos medios internacionales– aseguran que la NSA y su socio británico, la Oficina de Comunicación (GCHQ), han sido capaces de bloquear la tecnología «Secure Sockets Layer». Ésta protege a millones de sitios web que comienzan con «https» –es decir, la mayoría de los consultados por los ciudadanos diariamente– y redes privadas virtuales, que son comunes para los trabajadores de oficinas remotas y para la gente que trata de ocultar su ubicación.

La información fue publicada ayer por «The Guardian», «The New York Times» y «PrePublica», que citan un documento de inteligencia que señala que la NSA dedica más de 250 millones de dólares al año en lo que denomina «Proyecto de Habilitación Sigint». Los defensores de la privacidad lograron convencer a Google, Facebook y otros proveedores de servicios para activar SSL a todos los usuarios, un sistema de seguridad para proteger los datos. Sin embargo, las nuevas revelaciones sugieren que el esfuerzo puede ser inútil gracias a las habilidades tecnológicas desarrolladas por Londres y Washington.

Debido a que la NSA tiene una gran experiencia y está encargada de proteger los datos de Estados Unidos, así como desarrollar espionaje electrónico, muchas empresas de seguridad le habrían facilitado sus programas, ayudando inconscientemente a las autoridades a mejorar sus conocimientos en estos sistemas para luego saber destruirlos sin dejar huella.

Pero el problema no termina aquí. «New York Times» y «ProPublica» aseguran que fueron presionados para no publicar estos detalles. «Se han retirado algunos datos concretos», aseguró ayer un portavoz del rotativo norteamericano. Con todo, los artículos no especifican qué sistemas de encriptación tradicionales han sido violados por las agencias de seguridad a ambos lado del Océano Atlántico.

El mes pasado, Alan Rusbriger, editor y persona clave del diario «The Guardian» por publicar todas las filtraciones, utilizó su columna de opinión para denunciar cómo Downing Street le había mandado a dos altos cargos del Ejecutivo en representación del «premier», el conservador David Cameron, para ver con sus propios ojos cómo se destruía en el sótano del diario varios discos duros.

El caso levantó gran polémica, ya que coincidía con la detención sin motivo aparente de la pareja del periodista de dicho periódico que se entrevistó con Snowden. El brasileño David Miranda, fue retenido de acuerdo con el capitulo 7 de la Ley antiterrorista 2000 durante nueve horas en el aeropuerto londinense de Heathrow.

Los nuevos documentos facilitados por el que fuera trabajar de la NSA –que ha encontrado asilo temporal en Rusia– se suman al escándalo creado tras conocerse el programa PRISMA –utilizado por las autoridades estadounidenses para acceder a los servidores de nueve de las mayores empresas de Internet– y las pruebas que constataban cómo el Ejecutivo británico espió a los líderes mundiales durante la cumbre del G-20 celebrada en 2009.

EUROPA INICIA SU INVESTIGACIÓN

La comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo (PE) inició ayer la investigación sobre la vigilancia masiva de datos a los ciudadanos europeos, con un debate en el que participaron periodistas que han ayudado a destapar el escándalo. Se trató de la primera audiencia organizada para determinar el alcance del espionaje a la UE y sus ciudadanos.