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Fallo de los controles: Abaaoud entró hasta tres veces en Europa

Francia confirma la muerte del cerebro del 13-N en el asalto, policial pero su presencia en París evidencia una cadena de fallos. El terrorista belga se afeitó la barba y se puso una gorra para darse un aire más occidental, revela a LA RAZÓN un vecino de finca

Abdelhamid Abaaoud en una imagen de archivo.
Abdelhamid Abaaoud en una imagen de archivo.larazon

El cabecilla de los atentados en París, que fue abatido por más de setenta balas en el asalto en Saint Denis, cruzó por Alemania, Bélgica, Grecia y Francia, pese a ser uno de los terroristas más buscados

La confirmación de la muerte de Abdelhamid Abaaoud, el cerebro de los atentados de 13-N en París, supuso un leve respiro para la sociedad y el Gobierno franceses, pues la presencia de uno de los terroristas más buscados por los servicios de inteligencia europeos deja de manifiesto una cadena de fallos de seguridad. Con la identificación del cadáver de Abaaoud en el interior de la tercera planta del número 48 de la Calle de la Republique, en el barrio multiétnico de Saint Denis, se confirma que el yihadista belga se movió por la UE sin encender las señales de alerta entre las Fuerzas de Seguridad. A pesar de haber viajado a Siria, ser protagonista de macabros vídeos yihadistas y ser un miembro del Estado Islámcio, Abaaoud, con pasaporte belga y por tanto europeo, pudo burlar los controles y volver al continente en al menos en tres ocasiones. Desde su primer viaje a Siria en 2013 hasta su muerte el miércoles, se ha tenido constancia de su presencia en Alemania, Bélgica, Grecia y por último Francia. Su papel ha sido determinante en al menos cinco atentados en Europa. Se le condenó, en ausencia, a 20 años de cárcel en Bruselas por reclutamiento de yihadistas. Por tanto, si era un terrorista bajo el radar de los servicios secretos belgas y franceses y había una orden internacional de búsqueda y captura, ¿por qué la Inteligencia europea no tuvo constancia de sus viajes dentro de la UE? El ministro del Interior galo, Bernard Cazeneuve, se defendió ayer en una breve alocución a la Prensa: «Hasta el lunes no tuvimos constancia de que Abaaoud había estado en Grecia. Fue gracias a un país no europeo que nos informó». Cazeneuve remarcó que «ningún país europeo comunicó a Francia que Abaaoud estaba en Grecia». Cazeneuve confirmó que se pudo identificar el cadáver de Abaaoud en Saint Denis gracias a restos de piel hallados en el piso franco de un cuarto comando yihadista que iba a atacar de manera inminente París. Su cuerpo estaba tan magullado que su cara era irreconocible y de ahí que se haya tenido que recurrir al ADN para su identificación. El titular de Interior reconoció que «los atentados se programaban desde el extranjero para ser perpetrados por ciudadanos de países europeos formados en el manejo de las armas».

El lunes, Traore T., un vecino de Saint Denis del bloque del piso de los yihadistas, sintió por primera vez la presencia de nuevos inquilinos en el edificio. «Vi a tres hombres en las escaleras, me saludaron de manera correcta». «El martes observé que también había una mujer con ellos y vi a otro chico distinto. En total eran cinco», reconoce a LA RAZÓN T. T., de 49 años y nacido en Burkina Fasso. El miércoles, a las 4:20 de la mañana se despertó sobresaltado con un petardazo. Le dio tiempo a ponerse un pantalón y los calcetines. Al mirar por la ventana, la Policía, apostada enfrente con equipos de francotirades, le indicó que bajara corriendo y que abandonara su domicilio. Tanto el miércoles como ayer ha dormido en un polideportivo, se mueve por Saint Denis con el abrigo y las zapatillas que le ha prestado un amigo. Treinta horas después del enorme operativo policial para dar caza a Abaaoud, Traore T. continúa con la camiseta que se puso para dormir la noche de la violenta redada. «El edificio parece que va a derruirse y la Policía continúa investigando el inmueble, por lo que aún no he podido entrar en mi casa». Al enseñarle un pantallazo de uno de los vídeos de Abaaoud, Traore confiesa que se cruzó con él el lunes en dos ocasiones. «Iba vestido en vaqueros y deportivas. Eso sí, no tenía tanto pelo como en esta imagen. Llevaba la barba afeitada y el pelo más corto. Además, iba con una gorra». Confiesa que no tuvo miedo, pues «no sabía quiénes eran». Lo cierto es que hasta que no ha visto estas imágenes «no caí en la cuenta de que pudieran ser terroristas y mucho menos el cerebro del 13-N». Según Traore, que lleva cinco años viviendo ahí, a pesar de ser tantos en el piso, no hacían nada de ruido. «Mi vecino de al lado siempre pone la televisión alta y arma jaleo, pero ellos nada. Total discreción, no querían llamar la atención».

Sobre la mujer suicida, Hasna Aitboulahcen, de 26 años, Traore recuerda que el martes iba vestida de manera occidental. «También en vaqueros y zapatillas. Ella era fina y guapa, más pequeña que Abaaoud». Ayer en Saint Denis, el miedo se mezclaba con los rumores y los agradecimientos a la Policía francesa. Por un lado, estaban los vecinos que aseguraban que los detenidos eran simples «sin papeles» y otros que daban las gracias a los agentes por proteger al vecindario y jugarse la vida ante unos terroristas que no dudan en atacar hasta a las fuerzas del orden. Con la muerte de Abaaoud, el ideólogo del 13-N, la atención se concentra en la captura del «octavo terrorista». El belga Salah Abdeslam participó junto a su hermano Ibrahim en los atentados del viernes en París, pero, al contrario que su hermano mayor, no se inmoló. Abdeslam también ha aprovechado las brechas de seguridad y se ha beneficiado de la libertad de movimiento de Schengen, pues no sólo logró huir de París en coche, sino que se le interceptó en un control el sábado en la frontera franco-belga, hay testigos que lo han localizado el lunes en Quievrain, en el sur de Bélgica, y este mismo martes en su barrio natal: Molenbeek. Salah también ha viajado por la UE a pesar de que fuera arrestado en Países Bajos por posesión de cannabis y le hubieran cerrado en Bruselas su bar por tráfico de estupefacientes. Salah Abdeslam pudo viajar a Austria y a Grecia en septiembre.

70 balas contra el «enemigo número uno»

Fueron 110 los agentes de la Policía francesa que efectuaron el sangriento asalto antiterrorista en el barrio parisino de Saint Denis, donde perdió la vida el belga Abdel Hamid Abaaoud, considerado el principal cabecilla detrás de los atentados del día 13 en París. El cuerpo del terrorista fue encontrado acribillado a tiros y fuentes de seguridad francesa apuntan a que podría haber recibido hasta 70 balazos de los más de 5.000 que lanzaron los agentes de la Raid durante las siete horas de asedio al escondite de Abaaoud.