Política

Unión Europea

La UE negociará un nuevo encaje para Reino Unido

La Comisión Europea, dispuesta a pactar «un acuerdo justo» con Londres si respeta las «líneas rojas» que sustentan la Unión

Tres voluntarias al terminar el recuento en las elecciones británicas en Brighton, Inglaterra
Tres voluntarias al terminar el recuento en las elecciones británicas en Brighton, Inglaterralarazon

La Unión Europea se prepara para el debate. Tras la victoria de David Cameron en las elecciones británicas, en Bruselas se avecina un temporal. Reino Unido buscará mejorar sus acuerdos con Europa, con la amenaza subyacente de una posible salida de la UE, algo de lo que no se quiere ni oír hablar en las altas instancias europeas. Sorpresa por la victoria clara de Cameron y alegría manifiesta por el batacazo del partido radical eurófobo UKIP.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el presidente del Consejo, Donald Tusk, felicitaban ayer al reelegido primer ministro británico. Ambos esperan ahora que desde Reino Unido les lleguen propuestas para cambiar las relaciones que mantiene con la UE, donde ambos muestran prudencia hasta conocer en qué forma y qué es concretamente lo que se puede plantear.

«Con la mente abierta, como siempre hemos tenido en esta Comisión», así recibirá las propuestas que Londres tenga que plantear. «Juncker ya ha dicho que quiere un acuerdo justo con Reino Unido. La Comisión examinará de una manera educada, amistosa y objetiva cualquier propuesta que realice», explicaba ayer en una rueda de prensa el portavoz del Ejecutivo comunitario, Margaritis Schinas. La buena voluntad europea irá pareja también a sus «líneas rojas». Las cuatro libertades fundamentales de la UE serán cuestiones «innegociables» para formar parte de la UE, tal y como recalcó el portavoz. Concretamente se refería a la libertad de movimiento para las personas, para las mercancías, los servicios y los capitales.

Sí podrán plantearse negociaciones sobre los abusos que puedan existir en base a tales libertades. «Esos abusos, que es otro tema, se podrán tratar llegado el caso», añadió. De todas formas, Schinas recordaba también que cualquier cambio en los Tratados de la Unión Europea no es una cosa fácil y rápida, sino que se podrían estudiar modificaciones en una política «más a largo plazo».

Por su parte, el presidente del Consejo se mostraba dispuesto a «ayudar» para que el nuevo Gobierno británico siga manteniendo su pertenencia al club europeo. «Estoy profundamente convencido de que no hay mejor vida fuera de la Unión Europea para ningún país. Una UE mejor está en el interés no sólo de Reino Unido sino de cada Estado miembro», agregaba Tusk.

Asimismo, destacaba la fortaleza de Reino Unido, cuya «voz cuenta para la definición del futuro de Europa», necesaria también para asegurar que la UE «sigue una agenda de sentido común». «Espero continuar la estrecha cooperación con el primer ministro Cameron», concluía. Juncker, por su parte, también espera reunirse «pronto» con el «premier» británico, para poder debatir sus propuestas.

Desde la Eurocámara, los conservadores aplaudían la reelección de Cameron. «Tiene un claro mandato para pedir cambios en Europa», señalaba el grupo. También reaccionaba el presidente del PPE, Manfred Weber, considerando el motivo económico la principal razón para la victoria de Cameron. Apuntaba asimismo a la posibilidad de comenzar un debate sobre los tratados de la UE, donde las libertades serán intocables. En esa línea se expresó el secretario general del Partido Popular Europeo (PPE), Antonio López-Istúriz: «La victoria de Cameron ha sido clarísima. Lamento que persista en su intención de convocar un referéndum sobre la pertenencia de Reino Unido a la UE, pero hay que esperar a ver cómo se formula esa consulta y cuál es la línea oficial al respecto del propio partido Conservador británico. Creo que tanto Reino Unido como la UE serán más fuertes y estables en este mundo globalizado si siguen juntos».

Reino Unido se unió a la UE en enero de 1973, pero no pertenece ni a la eurozona ni al espacio Schengen, marcando la diferencia de los socios más fuertes europeos. Históricamente tampoco ha estado muy ligado a Europa sino más bien a Estados Unidos y los países que conforman la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth). Para muchos ciudadanos británicos la Unión Europea no es otra cosa que un gigante burocrático que se lleva parte de sus presupuestos. La salida de la UE encuentra acogida entre la población, pero según han demostrado estas elecciones, no de forma mayoritaria. La caída de los nacionalistas del UKIP deja de manifiesto que la sociedad británica tampoco busca posturas radicales frente a Bruselas.